sábado, 31 de diciembre de 2011

Poetas de guardia: Carilda Oliver




Última elegía

Yo podría decir que estoy de primavera
bajo un aire oloroso a luz definitiva,
y podría tapar la mirada bisiesta
que se me está cayendo afuera de la vida;
y ser de flor, de lluvia, de mariposa buena,
semejante a este cielo cuidado por la brisa,
a la ignorancia simple con que quiere una abuela,
o a la salud del alba, que es casi campesina...

Pero me estoy llorando el corazón que llevo
frente al hombre que tiene un poco de mi frío.
Ya no puedo dormir con párpados violentos:
él me espera despierto en la calle del vino.

Quizás debo acordarme de este color que tengo
y debo ser más tibia que un rincón de olvido.
Le diré blandamente con mi voz de febrero:
Enséñame una llama que se apague distinto.

Y estaremos las noches que le falten al tiempo
en el lugar humilde donde se acaba un trino;
él, con la frente inútil que le puso el invierno,
y yo, como un adiós sujeto en el vacío.




Declaración de amor

                                       Haz el amor, no la guerra...

Pregunto si llevo corazón 
cuando despierto el peligro entre sus muslos, 
si me equivoca 
cuando preparo la única trinchera 
en su garganta. 

Yo sé que la guerra es probable;
sobre todo hoy 
porque ha nacido un geranio. 

Por favor, no apuntéis al cielo 
con vuestras armas: 
se asustan los gorriones, 
es primavera, 
llueve, 
y está el campo pensativo. 
Por favor, 
derretiréis la luna que da sobre los pobres. 

No tengo miedo, 
no soy cobarde, 
haría todo por mi patria; 
pero no habléis tanto de cohetes atómicos, 
que sucede una cosa terrible: 
lo he besado poco.



Carilda Oliver Labra (Matanzas, Cuba, 1924)



lunes, 26 de diciembre de 2011

Autocita



Obstinadamente alfil
diagonal,
obtuso y huraño,
perfil
horizontal de sueño duro,
críptico o simple;
no sé desenterrar un nudo.


Paralelamente inventando
una quemadura
en cada
disidencia
y un ramo de heridas
que se inmolan;
no es umbilical cicatriz la que me cubre.


Alevosamente humano
de células magníficas,
seminal
único e incompleto,
como neolítica neblina
desenfocado;
no es casual la senda de mis pasos secos.



miércoles, 21 de diciembre de 2011

Nocturno con poeta y sofá


Todo niega la luz. El sueño se agrieta.
Envejecen sombras mansamente.


Los últimos pájaros que no emigran
duermen en equilibrio precario
frente a mi balcón.


Ni una sola piedra revela su grisura en el espejo.


En el abismo imprevisto de mi frente
un ángulo iluminado. Chirría
la noche de calor antiguo.


Por caminos desbrozados, el invierno avanza.


En tu proceloso origen me descarno.



lunes, 19 de diciembre de 2011

Minutos musicales: "Protection", Massive Attack




La brisa, cada vez más insistente, deja de ser una caricia agradable.

Entre las primeras sombras del atardecer apenas se vislumbran siluetas.

El sonido de las hojas arremolinadas por el viento resulta balsámico.

Huele a lluvia, y a últimos días de verano.

Una percusión lenta y seca, unos golpes de wah-wah, unas guitarras somnolientas sacudiendo acordes. De pronto irrumpe la voz de Tracey Thorn, es una voz penetrante y melancólica a la vez, una mezcla de dulzura y nostalgia. "Protection" suena mecánica y vulnerable, y acaba ascendiendo, poco a poco hacia lo sublime.


Cuando termina la canción, afuera la lluvia arrecia.


viernes, 16 de diciembre de 2011

Crecer



Quiere nimbos que se expanden 
y esponjas ilusas con risa en los metales.
Un piano infinito y una pelota sin brazos. Quiere
la luz bienvenida a la cenital promesa de una noche.
Los dedos enroscados, el amor completo.
Los sueños sin salida y el placer no arrebatado.

Por eso cuando lloran sus espigas
con sudor de enredadera, cuando
se curva su junco de titán, su altura
de fiera se agrieta en las costuras y
se descorre el viento que cubría al niño,
yo quiero iluminar las calles de su herida
con la carga y el polvo de los años en barbecho,
el abrazo sanador que me inocule, quiero
anti-dolor en la hora del resumen.
La palabra quiero, el gesto quiero
de ave fugaz en la derrota.
Quiero ver voraz jaguar en la espesura,
caudillo vegetal inmarchitable, la cuna
de los siglos en su frente de hombre digno.



...

martes, 13 de diciembre de 2011

Una postal de Diciembre


Un círculo
irregular,
un planeta completo,
flores
y pétalos rojos en los labios
¡Qué delicia de manjar inacabado!

Revoluciones pendientes
con la risa en el motor
como arma movediza.
Uno a uno el rumor crece
y se fabrica una marea.
¡Qué lentitud de palabras,
qué sutil gastronomía!

Destila la noche una esencia
de inasible alegría, un festín
de ala ancha y peregrinos.
¡Qué fauna de luna doble
irisa hasta el borde el destello!

Se enciende el júbilo
como un brotar de surtidor,
como un jadeo rotundo
junto al pie, junto a la huella.

Y yo me voy, pero me quedo
con la noche que adelanta su materia
de incipiente escafandra.

Pliego mi perfil horizontal.
Soy la decena en tu cifra.
Y apago la noche con un tres.



miércoles, 7 de diciembre de 2011

lunes, 5 de diciembre de 2011

Amelia Díaz Benlliure presenta su libro Manual para entender las distancias




El jueves día 1 de Diciembre, Amelia Díaz Benlliure presentaba en la librería Argot de Castellón su primer poemario, que lleva el sugerente título de Manual para entender las distancias.

El libro consta de 44 poemas divididos en dos partes en los que la autora se expresa acerca de las distintas formas de lejanía o proximidad, en la primera parte desde un punto de vista amoroso/personal y en la segunda desde una vertiente más social. La poesía, su poesía, aspira a comprender las distancias humanas como algo inherente a las personas, y a partir de ahí agitar la conciencia del lector para mostrarle con lenguaje limpio, lleno de potentes imágenes, que las distancias están ahí y está en nuestra mano acortarlas.

La presentación corrió a cargo de Marta Senent, la joven directora de ACEN, la editorial que publica el libro. Seguidamente Marcelo Díaz, poeta y escultor, disertó sobre alguna de las claves de la obra de Amelia Díaz. El acto continuó con la autora recitando con su habitual buen hacer textos de su Manual, con el acompañamiento a la viola de Manuel Porcar. Algunos de los presentes se sumaron al acto leyendo poemas en una velada que resultó altamente emotiva y cargada de una atmósfera muy especial de la que pudo disfrutar el numeroso público asistente.






Os dejo aquí el poema que recité en Argot:



IX


Tienes razón cuando dices
que nos faltan palabras,
o el ritmo,
o la humildad,
necesarias para conmover
tanto espíritu dormido.

Que la poesía es
el último reducto de los valientes.

Más yo comprendo
la cobardía de los hombres.
¿Acaso,
tú,
no dejas, perezoso,
que los años te tiñan de gris?

¿Cómo quieres luchar
por los hijos menores
de los dioses ínfimos
si tus manos encogidas
ya no saben sujetar
el hilo de una cometa?

Valientes de pecho afuera
y muertos de miedo
entre las violetas y el sofá.

Sí, podemos escribir
los versos de los guerreros.
Observar el bosque y gritar
ya viene el lobo.
De nada sirve rezar
quemando varas de incienso.
Solo queda apagar las hogueras
y asfixiarnos con el humo de los rescoldos.







Amelia Díaz Benlliure


Manual para entender las distancias


Ed. ACEN, 2011






jueves, 1 de diciembre de 2011

Sobre aceras y gestos


Los centauros recorren la metrópoli.
Llevan en su grupa un destilado de años
bárbaros en su ocaso. Hay escorpiones
rebuscando en las colas simétricas
del contenedor de papel.

Alguien ha escrito en una esquina que el futuro
es un asesinato.

¿Por qué el cristal se rompe para siempre?

El plasma exhibe su duro músculo
sobre las babas del vértigo caracol.

Cuando el sol no es más que un protocolo astronómico
los profetas se embuten en trajes Armani
y trepan a la quebrada línea del mercado

¿Por qué el invierno retoma aquel cuento
-mentira disecada en la sonrisa de un niño-
y trastea fuentes de luz más allá de la córnea?

En la sala de espejos hay una bala
rasgando sinónimos en la palabra cultura.

Toda Historia es ficción.
Los vencidos planean su venganza.
Pero el amor es el único
manual de supervivencia.



lunes, 28 de noviembre de 2011

(Re)nacimiento


(A Amelia Díaz)


Allá quedaron
ilusos los naufragios
las cometas
sensatas en su ruina
y pálidos noviembres.

Ahora escribes
con timón
al desembarco
rumbo a un mar
que quiso
ser eterno.

Y yo no sé
en qué oportuno lugar
liberas tus mareas.

Ya tomaste con estruendo
las riendas y los remos
y es un viento en las velas
el que peina los trigos
soñados de tu paisaje.


jueves, 24 de noviembre de 2011

Versos reclusos



El calor
en sus ojos.


No hay virutas de humo
en la alegoría que es
un poniente de versos.


Mi calor y sus ojos
rondando el devenir de una estrella.


¡Qué flor extensa
de vida inacabada!
¡Qué rectitud insumisa,
qué lineal desgana!
¡Qué desprecio de puertas
en la vertical herida!


En los ojos
un calor de ofrenda,
una rosa sin vientos
que la aclamen,
un destierro protector
sin alas, un desgarro.


Los colores cálidos
planean un paisaje.
La vanidad no tiene
sudario que la envuelva
en los pasillos sin fin
de la incrédula memoria.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Minutos musicales: Lila Downs, "Corazoncito tirano"




Todo en Lila Downs es puro mestizaje, su nombre, su familia (madre mixteca y padre norteamericano), sus estudios (en Minneapolis y Oaxaca), sus idiomas (castellano, inglés, maya, zapoteco) ... su música. Si tuviera que quedarme con uno sólo de sus discos, elegiría Border. La linea (2001), con canciones de temática social inspirada en la vida a ambos lados de la frontera. A nivel musical incluye ritmos jazzisticos, hay folk americano, hay boleros y rancheras, y está la canción que presento aquí: Corazoncito tirano, composición de Cuco Sánchez, transformada por Lila Downs en un blues abolerado (permítanme la licencia) con guitarra eléctrica omnipresente, y la voz de Lila, toda sentimiento, desgranando versos de desamor. Una mujer, toda sabiduría, licenciada en canto y antropología social, que transmite el orgullo de ser mestiza. A seguir.


viernes, 18 de noviembre de 2011

Línea de costa

Ya no quiero
la escafandra.

........................... Arraigo
en el arrecife.


Íntegro me muestro.

....................................... Buceo
sin alquimia

solo
el movimiento
de brazos.



Mar afilado.

Cuerpos que se ensamblan.

Médula en la médula.

................................................. Quiero.





martes, 15 de noviembre de 2011

Versos (con)versos


Vuelve el verso duro
como escama de celacanto.
Vuelve el tapial adverso,
el marasmo, los muelles
contrabandistas, la moneda varada
tótem del nuevo siglo.

Vuelve la apatía a los brazos
como fútil resistencia. Es
el ruido de fondo en los templos:
la rabia petrificada, la química
impuesta a contramano.

Escupen las rotativas
datos de sutil paranoia, las cárceles
presienten la utilidad de un poema.
Atropellos atardecen y cuerpos
que intentan inventar una orilla.
Metales pesados como piezas
de un mecano deslizan su gesto
de plomo en las vísceras de los peces.


Y el cielo tan azul tan promesa
en mi ventana la luna botón
de plata en mi noche tan tú
enroscada en mi pelo preso.
Y tus límites me expanden
a clandestino año luz ámbar
en tus cenizas desembarco con prisa
de reloj y abandono tendré que aprender
a apresar tu momento rotundo.



sábado, 12 de noviembre de 2011

Blanco / Frío


las baldosas
emergieron lívidas
insensibles al abrazo

un airbús rasgó la cuerda
del último latido
que iluminó prematuro
de ceros la estancia
dejando espuma
en las cicatrices
y ojeras
en los armarios

los hombres disecados
pidieron la cuenta
de los tumores recetados
tras los cristales ungidos
de ampollas en el café

las palabras
ahuyentadas
regresaron a los libros
a su pulcra tibieza de tinta
y papel que las concluye

blanco como sala de espera
yacía el sol naftalina

es la muerte una extraña
pareja de baile






...




jueves, 10 de noviembre de 2011

Fin y principio, un poema de Wislawa Szymborska


Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar.
No se van a ordenar solas las cosas,
digo yo.

Alguien debe echar los escombros
a la cuneta
para que puedan pasar
los carros llenos de cadáveres.

Alguien debe meterse
entre el barro, las cenizas,
los muelles de los sofás,
las astillas de cristal
y los trapos sangrientos.

Alguien tiene que arrastrar una viga
para apuntalar un muro,
alguien poner un vidrio en la ventana
y la puerta en sus goznes.

Eso de fotogénico tiene poco
y requiere años.
Todas las cámaras se han ido ya
a otra guerra.

A reconstruir puentes
y estaciones de nuevo.
Las mangas quedarán hechas jirones
de tanto arremangarse.

Alguien con la escoba en las manos
recordará todavía cómo fue.
Alguien escuchará
asintiendo con la cabeza en su sitio.
Pero a su alrededor
empezará a haber algunos
a quienes les aburra.

Todavía habrá quien a veces
encuentre entre hierbajos
argumentos mordidos por la herrumbre,
y los lleve al montón de la basura.

Aquellos que sabían
de qué iba aquí la cosa
tendrán que dejar su lugar
a los que saben poco.
Y menos que poco.
E incluso prácticamente nada.

En la hierba que cubra
causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes,
mirando las nubes.
 

Wislawa Szymborska
De "Fin y principio" 1993
Traducción de Abel A. Murcia

lunes, 7 de noviembre de 2011

2'38 a.m.


Tengo mi hebra dormida

en una boca de pantera
augusta en su linaje cotidiano
de selvática avaricia.

Vierto un caudal remoto
-río blanco de lava inerte,
juego sin reglas ni artificio-
en mi torvo perfil de desertor.

Abandono las hélices indemne
escribo con manchas en mi ombligo
palabras de abandono que publico
sin prisa, más tarde, en este lugar.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Viaje



Cuando el tiempo no tenía aún certeza
y la nieve hilaba su rostro bisiesto,
viajar en el ala de un día era un asombro.
Me vencía la noche y su inmanencia,
su prisa de corola y su banquete.
Y los ríos se anunciaban verticales
con los cuerpos enteros, las maderas
sin permiso y el sexo veloz como promesa.

Hoy sueño con los que no están y fueron,
con los que están y no son.
Todavía me quema aquel enigma
de saber si somos, tan solo,
la locura pertinente
de ese tiempo que no espera.



jueves, 3 de noviembre de 2011

Lenguajes

Puede que tuviera que afinar los sentidos
ante sus frases tan bien construidas.
Posiblemente mi silencio azuzó el lenguaje
de sus textos gramaticalmente impecables:
los sustantivos,
tan bien ilustrados,
las oraciones,
subordinadas con sus verbos
en la adecuada persona
puliendo los detalles
de este ingenuo desamor.
Sus tesis impolutas
ante mi incapaz
huida hacia ningún
lugar finalmente aceptable.
El arrojo en la intemperie,
un instante de lujuria
infantil en el sollozo
fatalmente entendido.
Los lugares comunes
que no quieren serlo.
Tal vez el temor
de ser el primero
en fundirse
como pan en el abrazo
que dejó un tiempo dudoso
y una única verdad,
la suya,
la mía.
Los textos interpretables
desde los lazos fungibles
con que nos han codiciado.

Puede que las horas se alíen
con mi temporal deshielo
y ardan constelaciones
que remuevan
los bordes de la sombra.
Llevarán un delirio las noches
adosado a mi segura compraventa.
Y en su armario, fielmente adaptado
a la múltiple función del desaliño,
habrá un lugar para mis ropas,
eso lo sé, lo llevo en los asientos
del circo que recorre las ciudades
que dibuja con líneas en el atlas
enciclopédico de mi coraza palpable.

Me desvisto del lenguaje superfluo.
Me desnudo ante su verbo,
esencial sintagma que me vive.


...


lunes, 31 de octubre de 2011

Los silencios feroces



No quiero ser ese cabello
huérfano de hombro en tu blusa,
el peluche que respira
acompasado cada noche
en el lecho de tu mano
trenzando en mi pelo preso
mares de un solo remar.

Se abrieron las mazmorras del silencio,
las distancias ya tomaron posiciones
buscando el manual que las comprenda.

Tu déjame me aniquila,
no tiene orillas ni espasmos,
tiene dolor y me duele
como un afilador de cristal roto en el zapato.
Es un verbo homicida del tiempo recorrido,
inunda los paisajes que la memoria atesora
con el líquido extranjero de tus ojos sin agua.

Las horas del ciego vacío
se anudaron a las esquinas de la tarde
con un temor de años feroces
desgastados en la mansa enredadera.

Me quiebro en tu corto adiós inacabable.
Sobre la mesa me tiendo y escribo
palabras que rediman esta ausencia de lluvia
en nuestra carne derramada
entre los restos de las ruinas de un jardín
hollado de musgo hasta los hombros.


...



viernes, 28 de octubre de 2011

Cambio horario


El invierno
adelantó su programa:
breves cóleras tropicales
con hematoma en el beso;
un molar con ansia de empaste
para no bajar la cuota;
la anual protesta
recurrente y por escrito
(comic sans dejà vu);
el amor, varado,
como desde siempre,
y la lista de la compra
manchada de lágrima
y piedra seca al atardecer.



martes, 25 de octubre de 2011

Del tiempo sin retorno o La conciencia del Replicante



Quiero volver a la edad del pétalo en la mirada,
esa forma tan circular de completarme
y contemplarme exhausto desde el pretil que los meses
van devorando en mi boreal estepa de espuma sin motor.

Con la terquedad del vegetal anquilosado en plaza pública
me desvisto a la luz de tus primeras camisas.
No es el espejo compañero ideal de este oscuro deshielo,
mana la fuente entre las rocas con espíritu corrector.

Hasta el hastío, con sus libros de belleza inmóvil,
llega el rumor indolente de las artríticas horas,
tiempo inútil de paredes que satinan el blanco
y sueño sin sueños en las diagonales al dorso,
con fecha de caducidad.


...



lunes, 24 de octubre de 2011

Minutos musicales: Belle & Sebastian




If You're Feeling Sinister (1996) fue el segundo trabajo en la discografía de Belle & Sebastian, un disco redondo, en el que es difícil elegir una canción porque está tocado con la varita de la genialidad. Estos entrañables escoceses cuentan y cantan pequeñas fábulas pop agridulces de tono naif, a lo que contribuye la voz indolente de su líder Stuart Murdoch, compositor de la mayor parte de las canciones.

Son 10 gemas de pop saltarín, melancólico, ideal para tardes de lluvia. Bellas melodías para compartir y tararear. Pop inteligente hecho con sensibilidad, música atemporal.


...


jueves, 20 de octubre de 2011

Proposiciones

.
.
Intentemos el amor.
Frente a la molicie
transparente,
inútil
de un verso,
el beso,
todo luz,
detalle ovalado
en el erial del mundo.

Provoquemos el acto,
una fugaz rebeldía,
las manos
que encienden
e incendian
el páramo ciego.
Un suspiro voraz
se atrinchera
ante el conformismo.

Intentemos el amor.
Conjuguemos el verbo
de los cuerpos.
Arrasemos la belleza
hasta agotarla,
libres ya de la culpa
que sustenta
la carnal teoría
del pretexto.
.
.
.

martes, 18 de octubre de 2011

Otoño



La noche pinta de insomnio los labios.
Hay dardos ígneos y estepas en desbandada
en la pradera del sueño.

Las paredes naranjas de la tarde
pierden su ornamento en el nocturno vertical
y mi vientre es un rumor desbocado
en las aceras sin reloj. Ya la noche
cerró las puertas al súbito ronquido
y yo escribo con la tinta huraña del dolor.

Sombrean los presagios los bordes del papel
impreso a dos caras y sangrado corrector.
La luna está manchada en este tiempo hurtado,
tiene una herida en las vísceras y mana negra luz
en los contornos del sueño arrebatado.

Observo la textura que aletea en mi frente
¿es un colibrí tiznado o un anfibio roedor?
Invoco a la luz de una lámpara sin fuego
un sortilegio pirata, un viento protector,
tu perfume en mi lengua,
mi negrura en tu lunar.



lunes, 17 de octubre de 2011

Tiempos heridos





Pasarán veloces, altas aves rubias,
pasarán con trueno, con cielo, con el aire en fuga,
con estruendo volarán sobre aquel bulbo agitado.


La marea crece, digital e irresistible,
el puño crece, el grito crece,
crece el rapto y el beso, me crecen hasta los brazos para abrazarte.
Pasan los cuerpos que no quieren ser
habitantes del simulacro y el tedio. Vivir
no es aquella decadencia colonial en los mapas
con márgenes trazados por hombres rectilíneos.


Vivir es fácil, y a veces, casi alegre -gracias Gabriel-
y por eso es que crujen las arterias en las avenidas,
porque la sumisión no es una teoría aspirante al Nobel y
nuestras manos, fluvialmente dignas, no son yermas planicies,
goma moldeable, lisa, planamente asimilable.


No queremos los despojos y la culpa.
Aquí.
Ahora.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Poetas de guardia: Joan Margarit





Historia en un ático



La vida convirtiéndose -¿recuerdas?-
en viajes y trabajo.
La terraza, las vistas, y nosotros
mirando hacia otra parte: así acostumbra
a iniciarse el error: Pero al final,
hacía tanto frío que una tarde
cerramos la terraza de aquel ático.
Sabes lo que te ofrezco: un viejo buitre
a quien el miedo hace volar más alto
y que prepara su vertiginoso
descenso hacia las últimas carroñas.
Del confuso negocio del amor
quedan sólo las últimas monedas
de un tesoro saqueado. Conversemos,
ya que nosotros siempre hemos hablado,
y la conversación tiene el calor
que desea quien sube a un tren nocturno
como el que se me lleva: mi pasado
se borra y el futuro ya no es nadie.
Es otra clase de felicidad.





La espera

Te están echando en falta tantas cosas.
Así llenan los días
instantes hechos de esperar tus manos,
de echar de menos tus pequeñas manos,
que cogieron las mías tantas veces.
Hemos de acostumbramos a tu ausencia.
Ya ha pasado un verano sin tus ojos
y el mar también habrá de acostumbrarse.
Tu calle, aún durante mucho tiempo,
esperará, delante de tu puerta,
con paciencia, tus pasos.
No se cansará nunca de esperar:
nadie sabe esperar como una calle.
Y a mí me colma esta voluntad
de que me toques y de que me mires,
de que me digas qué hago con mi vida,
mientras los días van, con lluvia o cielo azul,
organizando ya la soledad.






Súplica

De esta invernal mañana, amable y tibia,
por favor, no te vayas,
quédate sumergida en este patio
como si hubieses naufragado
dentro de nuestra vida.
Bajo el laurel, entre las aspidistras
de verdes hojas, anchas y románticas,
por favor, no te vayas, no te vayas.
Todo está preparado para ti.
Quédate, por favor, y no te vayas.
Tu fugaz triunfo sobre el nunca más,
dime si lo recuerdas: necesito
unas palabras con la clara y honda
voz de tu ausencia. Pero te recoges,
callada, en el pasado,
un lecho de tristeza fulgurante.
Así fuiste encerrándote, a lo largo de ocho meses,
en el capullo de la oscuridad,
y ahora, horrorizada por la luz,
surge aleteando la furiosa,
pálida mariposa de la muerte.
Pero, si estás muriéndote, aún vives,
y hago estallar la última alegría
de tu rostro cansado y las pequeñas
manos entre las mías. Y repito:
estar muriéndote es vivir aún.
De esta invernal mañana, amable y tibia,
por favor, no te vayas, no te vayas.








Joan Margarit






lunes, 10 de octubre de 2011

Presagios

Era una sana ortografía, una rara belleza
de surtidor, una savia caliente
de vida era.
Un geranio entre cal, viva flor de domingo
matinal, con el sol aferrado a las ventanas.

Era la puerta del mundo
de atrás,
donde las poetas sin texto firmaban armisticios.

Era el círculo sin su redondez asimilada
ni personal hendidura,
las sillas como letras buscando su lenguaje.
Piedras arando egoísmos,
alisando los bordes con singular empatía.

Eran los azares que equilibran los planetas
hasta alcanzar la latitud de un miércoles, último,
sin inercia en los senderos.


Una carta apostada junto al quinto revólver
rasgó los mañanas.

Ahora queda
saber el cómo y su respuesta
y una astilla en las sienes
horadando los taninos
que dejaron al sangrar
un rumor
de violetas y arándanos
en el paladar.

viernes, 7 de octubre de 2011

Blogueando: A un ángel que no sabía volar, de Elvira Daudet.

Fue la primera imagen del verano.
Salía del lavabo vacilante,
colgado de la frágil solapa del levitón
como un equilibrista. Y se quedó aturdido,
encuadrado en la luz devoradora
de un dramático plano "cinèma verité"
de muerto anticipado. Irreal, joven, bello,
extravagante: levita negra de buen corte
-abierta sobre el desnudo costillar-
igual que el pantalón hecho jirones.
Parecía un pobre de diseño
contratado para vender perfumes Christian Dior,
o un actor inverosímil y sobrecogedor.

Las burlonas miradas se enredaron
en las rastas de su rubia melena,
en el huesudo tórax,
en las verdes pupilas dilatadas.
Él recibió el impacto con paciente costumbre,
recobró el equilibrio y se marchó muy digno.

Lo encontré, siempre solo, varias veces
-caminaba sin tregua-
huyendo cauteloso de la gente.
Un día se sentó a mi lado en el paseo;
no olía a sal, como correspondía,
tampoco a libertad; olía a invierno,
a ropa húmeda, a pez muerto. No me moví:
tal vez necesitaba una sonrisa.
Para no asustarle le ofrecí un cigarrillo.
Entornó, receloso, las joyas de sus ojos,
observó sin recato mis manos de madera
y me leyó en los ojos el tiempo que me queda
mientras pasó un batallón de espectros hacia el mar.
"Los cigarrillos matan lentamente"
dijo, al fin, en francés con ironía,
y se fue con la prisa de un alto dignatario.

Siempre que nos cruzamos, a partir de ese día,
me miraba furioso y se escondía.
Una tarde vino hacia mí de frente,
tomó impulso, saltó en el aire e intentó volar
moviendo el faldón de su levita,
y se precipitó sobre las piedras.
Al auxiliarle vi que me espiaba
con un ojo entreabierto;
sentí un absurdo deseo de llorar.
No volví al paseo.

Lo hallaron en la playa unos bañistas,
un borrascoso día de septiembre.
Desde un mirador vi su excitación de fieras,
rodeando el cuerpo apaciguado,
que apenas contenía una burbuja
del beso de las olas como última caricia.
Reconocí de lejos su frío y su levita.

(Del libro "Cuaderno del delirio")





martes, 4 de octubre de 2011

El breve espacio.


Me bastaba con saberla firme,
radicalmente inconclusa,
savia en los tallos
que pergeñan la ponzoña
-dulce muerte enajenada-
del sueño que sucede
sinuoso al estallido.

Ulula la fuente sin plaza.

Me basta con rozar
su desnudez austral.


jueves, 29 de septiembre de 2011

Cieno de números y leyes.


Los agoreros del tedio plantean la hecatombe.

Erizan sus picos pálidos,
sajan los brotes imberbes,
inundan nuestras cuencas con estruendo
de palabras estancadas.

Con católico cinismo
nos piden la otra mejilla,
carne para el invernadero
donde el becerro escuálido
se ceba con cruz y desahucio.

Lanzan su tornado de negras palomas
sobre la masa precintada
en códigos de barras y estrellas.

Y no hay desagües
en los que el cieno no atasque
la profundidad de un buenosdías,
el arrojo de abrazarte, de abrazarnos.





martes, 27 de septiembre de 2011

Poética


Escribo con la mano que te toca.
Disparo palabras en cascada:


como aldaba indecisa

brota en azahar la fuente,

tus muslos como ascuas

cóncavo amor
convexa vida

Escribo porque el mundo se compone
de espanto y arrebato.

Caen las rosas y yo anoto:
ilusos los naufragios.

La noche es un manto horizontal
con chirridos y preguntas.
Descifro su acertijo
con verbos inconjugados
en efímero presente.

El desamor ya batió sus alas, y yo,
tercamente enamorado,
resistente en la colina,
tecleo:

Escribo porque no sé
decírselo a tus ojos.



lunes, 26 de septiembre de 2011

FB

Viajan tus versos bucaneros
trufados de atardeceres
y cielos que se expanden
o encogen su estatura
cuando ella silba
o duerme hacia atrás los sueños
desvencijados,
clavadas a la ruinosa rutina
sus siete alas caducas
y los besos vacíos
son versos insumisos
colgando de un portátil
que juegan alfabeto
y tú,
trovador sin corona
ni oxidada lira,
encuentras las palabras
que harán decir a la musa:
-Calíope amorosa-
ven a mí,
no tengas miedo.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Poetas del 15 M, del blog al libro





Julia Carú es la creadora del blog Poetas del 15 M en el que han participado más de un centenar de autores, toda una pléyade de voces y estilos manifestándose ante una realidad social insoslayable. Dos de mis poemas, Flores sin nombre y Revoluciones pendientes formaron parte de esa especie de aleatoria antología de un estado de opinión.

Pero Julia no se quedo ahí y se lanzó al proyecto editorial de convertir en libro lo que era un blog. Y ahí entró la Editorial Séneca para llevar a la práctica todo aquello que bullía en el aire y en la red. Y aquí está, ya a la venta a un precio de 10 euros, puede comprarse en la propia web de Editorial Séneca o solicitarla en vuestra librería más cercana.



martes, 20 de septiembre de 2011

Limpieza general


Hoy me presiento brumoso,
desenfocado,
y este trapo verde
con lunes en las manchas
interroga a los estantes.

Me diluyo en amoníaco,
baldeo las persianas
negras. La erosión
difumina los contornos,
perfecciona las aristas,
salpica el amor de entresemana
con baldía escarcha
para la noche profunda
y la cancela cerrada.

Hoy me descubro escuálido,
odioso,
anegado.
Me deslizo insensible
a la química de los cuerpos celestes.
No sirven los días de coronas y flores
para inundar de pétalos secos
esta agonía diminuta
de estación inabarcable
y barcos sin horizonte
al que rendirse.
El verano de pereza y lentitud
acompasada, no sirve
cuando el tiempo
arrasa las cortinas
con su terca paleta de grises y guirnaldas
raídas a deshora.

Frotar con avidez inusitada
las ventanas con paisaje,
rendirse a la avaricia
de los días impares y
recordarle al amor
su torva condición
de extrema urgencia.