jueves, 28 de julio de 2011

Sur


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Apago los ojos,
la luz se extingue

yacemos,
inertes ante la ventana
en la que el mundo se inmola,
aquel lugar
donde fuiste infeliz una vez.

Tenemos el rostro justo
perfectamente doblado
en el armario,
las sandalias nuevas
cada verano,
la nevera
repleta
de inabarcables goteras

y el sur se seca por falta de viento.



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lunes, 25 de julio de 2011

Semilla negra.


Un cielo parcial

surcado de blancos.

El mar

untado de espumas.

En las olas

destellos de sol.


Dos mariposas

se posan en tu esfinge.



sábado, 23 de julio de 2011

Poetas de guardia: Luis Cernuda.

No intentemos el amor nunca


Aquella noche el mar no tuvo sueño.
Cansado de contar, siempre contar a tantas olas,
quiso vivir hacia lo lejos,
donde supiera alguien de su color amargo.

Con una voz insomne decía cosas vagas,
barcos entrelazados dulcemente
en un fondo de noche,
o cuerpos siempre pálidos, con su traje de olvido
viajando hacia nada.

Cantaba tempestades, estruendos desbocados
bajo cielos con sombra,
como la sombra misma,
como la sombra siempre
rencorosa de pájaros estrellas.

Su voz atravesando luces, lluvia, frío,
alcanzaba ciudades elevadas a nubes,
cielo Sereno, Colorado, Glaciar del infierno,
todas puras de nieve o de astros caídos
en sus manos de tierra.

Mas el mar se cansaba de esperar las ciudades.
Allí su amor tan sólo era un pretexto vago
con sonrisa de antaño,
ignorado de todos.
Y con sueño de nuevo se volvió lentamente
a donde nadie sabe de nadie.
Adonde acaba el mundo.



Luis Cernuda






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martes, 19 de julio de 2011

Paraguaya

Cuando el camaleón verde
arrastra penosa
su férrea blandura
hecha de hojas sin permiso
y savia equivocada,
y las moscas zumban
su aleteada amargura
en los probadores...

En el instante en que
la lluvia ya no es
ese gozoso renacer
del caracol huraño
y araño
los cristales
del enfático espejo...

Con las fuerzas
justas para volver
a leer esas caras
idénticas a sí mismas,
conscientes
de su fatal extravío,
rostros de ajena rutina
en mis ojos de buey...

Con la vista cansada,
amarrada a una falda
demasiado corta,
y los años afilando
el filo de los años
en los omoplatos...

Como un ornitorrinco,
fabulador y sagaz,
en las vertientes
de su propia autoindulgencia,
demasiado ensimismado
con la pálida piruleta...

Cuando el tren
acuático
de railes transparentes
abandona su apatía
y luce occidental en los andenes
sin la japonesa osadía
de postal de los 50...

Cuando la luz
del verano no es
esa luz que pintaba paisajes,
quiméricos, inquilinos,
y dormía en los labios
de la mujer que me mira
tras los cristales negros...

...yo alquilo momentos
en el hotel del destiempo
y cierro el balcón
al mundo y su impostura.
Invento minutos
que no conocen las horas
como agrupación sonora,
allí el hábito
es una oval paraguaya,
carnosa fuente sin puntas
en los labios de mi niña.


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domingo, 17 de julio de 2011

Tan lento



Las olas crecían
con lentitud vegetal
en los cuerpos
mecidos
en rauda y caracola
eucaristía.

La boca ungida
de meloso derroche
levantaba un muro
más ancho que el ala
de un trueno.

Arena yo fui,
desértica y moldeable,
tú, húmeda, abrasadora
polar estrella nocturna
de incontables tentáculos.

Manjar tu boca enajenada
derramando mi herrumbre,
ya huésped en la sinuosa
línea que ensalza la vestal
mujer de arcana geometría.



domingo, 10 de julio de 2011

Madrugada



Estoy solo
en la habitación naranja.
El vientre de Julio se abisma en las ventanas
con sonidos y aromas,
fatigas
de indecible porvenir.
Hay hombros que lucen, impostada, la caricia
y hay piernas inasibles
que prometen su esencia
en la oblicua mirada de unos ojos
que no atisban
a vislumbrar el aerolito
que señala el camino a las pulsiones.
Dentro de ti, y sin ti
brota en azahar la fuente
ignota que ignora
mi nocturnal desahucio.
Silba un silencio antiguo en la metrópoli,
un navío surca el lecho
del mar, amor, y yo divago
-tinta roja, papel lacio-
y esta estúpida indulgencia que me dejó
tu ausencia en el costado.




viernes, 8 de julio de 2011

Minutos musicales: Tindersticks.


La profunda voz de Stuart Staples acariciando hasta el escalofrío.
Melodrama inyectado en vena.
Impostación. Sarcasmo.

Noches en vela de amores encallados.
La belleza de la desolación.

El crooner de las sienes plateadas dirigiendo la orquesta de la madrugada.
Música para camaleones extraviados,
Elegantemente tristes.


Amo la música profunda, nocturna, bella, desolada, elegantemente triste de Tindersticks.











martes, 5 de julio de 2011

Molt Honorable.


Lo que más me molesta de usted
no es ese asunto de los trajes
-yo tampoco
conservo las facturas-.

Lo que me indigna
es la blancura de su tedio,
señoría,
su cinismo unicolor,
su mediocre trilingüismo,
ese rostro
de baboso diácono
con que alimenta infames
informativos,
su poco honorable medianía.

Lo que no soporto de usted
es su frente mamporrera,
la marea baja
de oleotóxico con que
pretende uniformarnos,
esa soberbia inútil
con que ilustra sus muecas,
la limpieza servil
que transpiran sus camisas,
su torvo perfil
de cuervo desplazado.

Son esas cosas
las que me irritan de usted,
muy honorable imputado,
la perpetuación de su especie
corrupta,
el darwinismo depredador
de sus secuaces,
su grisácea villanía,
ese lenguaje indecente
de cuádruple moral y privilegio.

Así que
llevo ya un tiempo
indignado
(y no es porque esta palabra
se haya puesto de moda)
y como el hombre aquel
de la boina y la mochila,
yo le digo, señoría,
¡¡a la mierda!!



domingo, 3 de julio de 2011

La vida que deseas.





Te inoculan la vida que deseas
con abalorios que inventan
y venden
para afilar tu codicia.
Te secuestran el tiempo
y esquilman tus horas
de atribulado autómata.
Cuando crees que la lluvia
es feliz accidente en las ventanas,
aparece en el buzón
la aséptica factura
patrocinada por
la penúltima
compañía de seguros.
Leíste en una pared:
tus caballos se mueren
por falta de viento; *
y no entendiste nada.
Es el viento el que conjuga las ciudades
y ya no quedan metáforas
que paguen tus tarjetas de crédito.