lunes, 29 de abril de 2013

Mi madre ya no se muerde las uñas.




Miro
centellear tus ojos
sangrando días de infinito tedio.

Miro sus manos.
Toco tu piel hostil que apenas
anida en el surco esqueleto
cada vez más presencia.

Coloco una piedra
mínima y blanca en sus dedos.
………………………Intentas
…………………despedazarla
con mecánica bruma minuciosa.


Doblo las facturas mensuales
(copago incluido)
en el bolsillo izquierdo
de mi tweed de Springfield.


Bajabas la cabeza
como los niños tristes.
Temblaban tus piernas.
Buscabas un banco.
Te hablaba de cosas sin sentido:
la bondad del sol,
una ristra de hormigas,
el menú de hoy,
el tamaño de las piedras esparcidas por el patio de la Residencia de Mayores Savia.

Levanta el pie, no vayas a tropezar.

Me mira a los ojos.
Tus ojos tristes de niño huérfano.
Son dos segundos de cordura en el paraíso artificial.

Te asalta una voz megáfono
voz-llamada de nombres anónimos.
Mi amiga poeta las ha llamado ángeles.
Yo añado precarias
y malpagadas.
Y casi ángeles.

Le dicen guapa siéntate aquí al lado de tu amiga.
En la televisión Jorge Javier arma el circo.
Nadie le escucha nadie le mira.

Ya no te llegan los pies al suelo
pero hay un ítem
en el que progresa
adecuadamente.

Ahora
te crecen las uñas.
Ahora
que todo declina
las uñas
crecen seguras.





jueves, 25 de abril de 2013

Tres monos


Desde el jeroglífico
que ha planteado la ciudad para salvarnos
intuyo el perfil verde
de una tarde de sonidos que aplacan
la dureza de un tiempo desvestido.

Me asombra la ligereza del aire
en las alturas de un siglo saqueado
la duradera astronomía
por la que vuelvo la vista
a un año remoto
para quedarme en el lugar inmenso
de un ahora cercado de motivos.

Los insectos quieren ser llama.
En su diálogo una armonía
que parece dar sentido
a una apresurada antología del silencio.
Los gatos sucios quedan más abajo
junto a las esquinas borrosas
donde nadie escucha
donde nadie habla nadie ve.

Si cierro los ojos
soy un niño en un estanque de naranjas.
Hay un calor que abraza
lo mismo que abraza un cuerpo.
 
Ser para otros.
Tan humanos como eso.








lunes, 22 de abril de 2013

El sueño circular



El primer verso es un elogio a esta forma
curva de irnos descubriendo. A la pereza
que nos ata con  el fluir incierto
de una carrera de caracoles.

Contemplarte en mi insomnio
divagante tu carne plácidamente intocable
ese trecho tan mínimo de sábana horizonte
de arrugas de noche y frenos en el último instante
que evitan el contacto. Tú luz que abres
de vida la vida en mis enzimas. Cuadernos
sin pauta a seguir. Por fin el sol lanza
un acertijo en tus plantas de exterior. 
Sin viento que nos redunde
y aumente con su lente las descripciones más extenuantes
los silencios que lo son por falta de salida.

Todos los blues tienen un tren que no hemos tomado
Y hay flores extrañas en las aceras
cuyo nombre desconoces. Agua
para la sed de tu vientre y un verano
que lleva la luz de lugares que han sido los paisajes
por los que nos hemos cruzado en más de una vida.
Tú con los siempre de la mano. Yo despistado
mirando hacia otro lado
como si el encuentro no estuviera escrito en el primer verso
aquel que habla de esa forma
tan nuestra de descubrirnos lejanos
los ojos rebosantes
de mar.





miércoles, 17 de abril de 2013

Poetas de guardia: José Emilio Pacheco



A quien pueda interesar

Que otros hagan aún
el gran poema
los libros unitarios
las rotundas
obras que sean espejo
de armonía
A mí sólo me importa
el testimonio
del momento que pasa
las palabras
que dicta en su fluir
el tiempo en vuelo
La poesía que busco
es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida




Indeseable


No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.




Fin de siglo


«La sangre derramada clama venganza».
Y la venganza no puede engendrar
sino más sangre derramada
 ¿Quién soy:
el guarda de mi hermano o aquel
 a quien adiestraron
para aceptar la muerte de los demás,
 no la propia muerte?
¿A nombre de qué puedo condenar a muerte
a otros por lo que son o piensan?
Pero ¿cómo dejar impunes
la tortura o el genocidio o el matar de hambre?
 No quiero nada para mí:
 sólo anhelo
 lo posible imposible:
 un mundo sin víctimas.
Cómo lograrlo no está en mi poder;
escapa a mi pequeñez, a mi pobre intento
de vaciar el mar de sangre que es nuestro siglo
con el cuenco trémulo de la mano
Mientras escribo llega el crepúsculo
cerca de mí los gritos que no han cesado
 no me dejan cerrar los ojos




Dichterliebe


La poesía tiene una sola realidad: el sufrimiento.
Baudelaire lo atestigua, Ovidio aprobaría
afirmaciones semejantes.
Y esto por otra parte garantiza
la supervivencia amenazada de un arte
que pocos leen y al parecer
muchos detestan, 
como una enfermedad de la conciencia, un regazo
de tiempos anteriores a los nuestros,
cuando la ciencia cree disfrutar
del monopolio entero de la magia.


José Emilio Pacheco




domingo, 14 de abril de 2013

Malos tiempos para la lírica



Tal vez dormir una noche larguísima
en el hotel que vadea la ciudad desde una altura grata de mercurio.

Los hombres disecados
guardan cola irregular.
La madre que pide comida a las puertas de un super
tiene una extraña dicción
pero no es un replicante.

El yang es un paraíso fiscal,
listas abiertas para un cálculo aproximado de 6 millones de individuos.

Gris es el color del cable,
toma de tierra en calles perdidas,
en las calles desiertas del centro a las 7:25

El metro escupe centauros en las ciudades de plomo
y no sabemos
si bajamos 
o subimos
escaleras de hielo que se desintegran
al paso y vuelven a crear un mundo a la medida
de nuestros hermanos del templo.

Resulta prudente
esconder los residuos
bajo el miedo subterráneo,
deshacer la mentira con la repetición y el silencio.

Es justo y necesario
que el camino sea liso y solo exista
la opción de mirar en las pantallas
esmalte blanco en las grietas de la loza.

Pero cuando el músculo crece,
tomar el mar y repartirlo
vertiginosamente trizar la roca
con las manos que han lavado sus llagas
con sal de océano.

Quizá escribir en la playa el verso necesario
que segundos después barrerá una ola.




jueves, 11 de abril de 2013

Geometría distante



Siete vientos más adelante
o dos noches
sin el calor de sus remos.

Reír a salvo
de la deriva de un continente.

Mientras tanto
comer de esa boca
que posee la cualidad geométrica
de un icosaedro.



lunes, 8 de abril de 2013

La música del azar: "Renmin Park" de Cowboy Junkies



Llevan más de 25 años de carrera con la misma formación. El cuarteto canadiense formado por los hermanos Timmins (Margo, voz ; Michael, guitarra ; Peter, batería) y Alan Anton (bajo) siguen yendo a lo suyo. Y lo suyo es sonido "americana", fabricado desde mucho antes de que se inventara esta marca, un rock & roots cocinado a fuego lento con especias blues y un buen caldo folk.

Son como esas parejas que llevan tantos años juntos y que cada vez que te los encuentras los ves más guapos y enamorados. Ahora son como una pequeña empresa familiar que se autoproduce y vende su artesanía sonora saliendo a la carretera.

Renmin Park (2010) es la primera entrega de The Nomad Series, un proyecto de 4 discos que han grabado en año y medio. Las canciones las compuso Michael en los tres meses que estuvo en China para la adopción de dos niños.
La voz arenosa y letárgica de Margo, como salida de un ensueño,  serpentea sobre los acordes de guitarra de Michael, y nosotros, al otro lado, viajamos con la imaginación por las carreteras de las baladas tristes.



jueves, 4 de abril de 2013

Siendo




Si tengo este abismo
de voces lleno
de pisadas con barro hasta la frente
de andamios colgando
de una rama parapléjica

es que estoy vivo en un 97 %
y hasta mi autómata me pide
extender su autonomía.

Si doblo mis ojeras
en la mesita cada noche
y las cuelgo en una percha
-no necesito los ojos para tocarte-
es por necesario descanso
(hombre blanco, primer mundo, clase media en proceso de derribo,
49 años, 1'65, sin tumores conocidos)

Si no me hago a un lado
arderé en el cortejo.
Si no me doy la vuelta
y os miro a los ojos
si ensancharan las calles y pudiera
escribir sin costuras
todo lo que le falta a la palabra
para hacerse necesaria.

Así estamos
los unos por los otros
y sin los otros.




lunes, 1 de abril de 2013

Pez globo (II)




Un refugio anti-astenia es mi coche negro
30 minutos arrancados al santo sopor de un jueves laborable.

Si cantan los pájaros debe ser primavera.
También aquí.

Pero en los bolsillos óxido
de puertas que perfilan
su distancia ante el marco protector.

Nunca vi un horizonte tan quebrado
oscilante en temperaturas extremas
y aunque sepa
colocar a Chipre en un mapa
(mudo)
necesito escuchar otra vez
en el MP3
aquella canción de The Walkabouts
con la que sonreiría sin arrugas
y volvería a ser aquel hombre afortunado
en aquella playa cubista
donde el pez globo nos miró una vez
con los ojos pinchados por esquirlas de pinos.