lunes, 29 de enero de 2018

Solo los amantes sobreviven



Sólo los amantes sobreviven
al tiempo hermoso de las amapolas.
Aquí los mediocres
ellos los fantasmas
ellos y sus ellas
cruzando de pisadas huecas
el centro comercial.
Sólo los amantes
los ávidos de sangres
los exploradores de la belleza
mortal y efímera
en mundos tangentes
al que nos crean a medida

sólo los amantes
sobreviven.



miércoles, 24 de enero de 2018

Nocturno en la ciudad cansada





El bar Cinema tiene las persianas bajadas
tampoco abre hoy el Raspa
ni el Beat 2 ni el Blue Note
un hombre solo acodado en la barra
del Terra frente a media cerveza
me mira con desgana al abrir
la puerta del local y una luz
me devuelve al plácido ecosistema.


Martes 24 en la ciudad desidia.
Mi hijo cumple años en un país cercano
desde el que nos miran por encima del mapa
con curiosidad de entomólogo.
 

Las arañas de la calle La Luna
se aseguran la supervivencia un día más.
 

Un excremento de perro
oscuro como un credo
solidifica su figura fibrosa
al lado de la tienda Imaginarium.

La calle es un simulacro
que ya no guarda sus secretos
en la noche precaria del desasosiego.
 

Luces como teas llameantes
aceras donde crecen plantas
que no regará ninguna lluvia próxima
tiempo para regresar a casa
y pulsar como un autómata
el mando del televisor de plasma.



En la esquina de la calle Herrero con Jover
perdura una luz lechosa
desparramando su cuerpo etéreo
sobre estantes repletos de anatemas.

Entro en la librería de ocasión de Vicente
cuatro libros por un euro.





lunes, 22 de enero de 2018

En la notaría





Después de las firmas
en un agradable despacho
de una notaría del centro
y pedir después
los justificantes oportunos
que digan
a quien convenga
que estuvimos aquí
en aquel momento.

Tras obtener por fin
el certificado de posiciones
que hace constar en calidad
de apoderado el abajo firmante
y conocer de primera boca
que después queda
todavía por liquidar
la bendita plusvalía.

De saber que buenos hombres
velan por
el buen reparto
de bienes y acciones
y que quedan flecos
pequeñas piedras
frente a la rueda del carro
así en simple metáfora.

A dos días del final
del plazo establecido
seis meses ya del deceso
cautivos y desarmados
ya casi herederos
de una caja extra Premium
de recuerdos falsos tan gastados
como aquel sendero
que ya no lleva al lugar
en el que fuimos una vez.

Cómo saber si antes
los guisantes o la caída
la brecha en el mentón
si fue aguarrás o cualquier otro
líquido imbebible
si el colegio lejano
si la mano de la madre
en la frente
frente al vómito
si el balcón y los coches
que no eran aquel coche
si aquello que contamos tantas veces
y reímos
ajenos al contexto
pasó así realmente
o es tan sólo
una nube de recuerdo
veloz hacia su fin
la pluma de un recuerdo
del pájaro que en sueños
el envés del próximo recuerdo
todo
fugacidad.


martes, 16 de enero de 2018

Mírate





apaga la tele
lee un libro
abandona el facebook
al menos 4 días
bebe más agua
besa a tu mujer
sube a una montaña
respira largo
abraza a un árbol
camina ancho
y mira al cielo
recoge piedras
trozos de corteza
observa a las aves
escucha el silencio
como si fueras parte
mírate desde allí
toca la tierra
con las manos que
saben ser caricia
y cuando vuelvas
ya noche encendida
y abras la puerta de tu casa
y beses a tu mujer
y apagues la tele
y leas un libro
mira tu rostro en el espejo


sábado, 13 de enero de 2018

Fácil



Qué fácil era todo cuando había
un tigre camuflado en el poema
canciones sobre trenes y aventura
bajo cielos que colgaban de amuletos.
Qué extenso el día, los nombres
de las cosas, tan únicamente
nombrables, qué deseos de arder
ante la torre de la espera.
Qué urgencia de caballos
los nuestros y los otros
y qué insomnio de amantes
en la ventanas de agosto.
Qué ajena la muerte
qué despacio el siglo
en el que nos conocimos
como rehenes desesperados
por vivir.
Y en casa, ya de vuelta
echo fuera las luces que dagan
amplío la fecha de recogida
de datos, compro vino
y fruta fresca, lanzo la llave
y te pregunto
vienes?




lunes, 8 de enero de 2018

el otro lado del extremo



veo el hueco
lo deshago
con sal de las alturas
y un cielo negro espeso de señales
hay un televisor blanco que se desangra
otra silla en posición inferior
los relojes de la casa
ya no enferman
su permanencia me conmueve
un gorrión debajo de la mesa
busca la ventana
que le devuelva
al otro lado del extremo
donde le espere el árbol y el consuelo
el instinto de pájaro
su sombra en la corriente
dos luces en la azotea del sueño
pervivo o sobrellevo la vida
avanzo dos brazos
y pierdo la rutina
en un bosque de espejos
veo el color
que da forma a las raíces
analizo sus causas
y no encuentro arena al final del sonido
el sillón me atrapa
con sus brazos de rama
me quedo allí unos pasos
el agua se vierte
y dos palomas sucias
se estrellan contra la noche
soy un espíritu horizontal
rodeado de congéneres
de extensos hombros y lenguajes
nada de lo que ocurre me sucede
ahora voy en aquella canoa
que cruza la ciudad
cuando nadie la vive
sobre la hierba de un tapiz
duermo
todas las cosas aprendidas
se diluyen en la nada
¡qué poco valen
aquí las palabras!




martes, 2 de enero de 2018

Fitness Club




Les veo entrar
parecen medio felices
a pesar del lunes
tan seguros
tan extraños para mí
con sus bolsas de marca
y ropa deportiva
comprada en el Decathlon.


Lo llaman Fitness Club
y desde la ventana
veo un espacio neutro
en el que nada malo
debe pasar.


A su lado la Biblioteca
es una isla desierta
varada en la ciudad desidia
ese anacrónico lugar
poblado por especies endémicas
en el que voy esparciendo tiempo
en cajitas sin fondo
o en botellas de arena.