martes, 28 de abril de 2015

Nostalgiar




definitivamente

prefiero
volver a inventar
un verbo inexistente

al sustantivo repetido
hasta aburrir
en seiscientostreintaicuatromildoscientosocheintaynueve
poemas



martes, 21 de abril de 2015

Retahila


Costaleros de peana armada hasta las manos
brava especie que se encumbra
de collares encendidos
decoloran crucifijos
como si fueran pana inglesa
en sastrería erguida
modelos doble-cuerpo para escenas
subidas de adrenalina
o cocodrilos siameses y albinos
a punto de desmembrarse.

Hemiciclo supurando torniquetes
por vías de sangre manando en las mentiras
de los puntos muertos que equilibran un país
varado su toque de queda en alcohol barato
viaductos libres de barandilla
para suicidas melancólicamente
desahuciados al gris como ausencia
de color tan lejos de la vida que rezuma
inutilidades del gesto lunas hambrientas
con la cara de un buey
rociando su nervadura.

La necedad está atrayendo acróbatas
hacia la dureza zafia del cemento.
Sus trajes caros se ensucian de palabras
sus cuerdas huecas están llegando
a la llaga y parasitan despacio.

El emperador está vestido
con una invisible armadura antipersonas.
Y hay setenta y  cuatro balas de madera
apuntando a la pantalla.





viernes, 17 de abril de 2015

La pesadez


Visto desde el quicio
del embarcadero
este amor se desluce en trincheras
o en sendas minúsculas de difícil empuñadura.

Unos ojos
que te ven hacia la frente del cotidiano milagro
disgregan el foco hacia un país extraño.

Para qué, entonces,
los nombres de las cosas, las preguntas,
si estaciones de paso vacías
y viento indescriptible.

Dónde esconder la suciedad
de un suelo de otoño anidando febreros.

Se vuelca el paraguas de puntas aceradas
en un día básico
con sol y azulceleste.

Las paradas del mercado central
venden nuestros restos a precio
de amor inacabado.




sábado, 11 de abril de 2015

Quitamiedos para masas


En febreros de dolor se difumina la tinta
que espolea la máquina duplicadora de peones.
Ahora estará nevando en alguna estación limítrofe
donde se abaten las estrellas como si fueran
sueños o promesas.
Con paladas externas los caminos vuelven a su función extrema:
quitamiedos para masas.
Apenas un dibujo bicolor de pájaros alardea su fotografía
en cables eléctricos disparadores de luz
para las gentes que no hablan y miran
pantallas abarrotadas por toda la basura selectiva.
Lejos del temblor el verso crece y se disloca
atravesado por sierras transparentes y puñales de juguete.
La urbe respira y duerme. Se estira por nosotros
como una serpiente sin patas.

En otras tomas de tierra se fosilizan las neuronas
bajo líneas numeradas en estricto orden de posibilidad.



lunes, 6 de abril de 2015

Reseña de Joan Pinardell a Como soles patagónicos



COMO SOLES PATAGÓNICOS
Eloy Sánchez Guallart
Editorial: 
Unaria ediciones

Eloy Sánchez Guallart publica "Como soles patagónicos", su segundo libro de poemas, después del que fuera su magnifico primer trabajo "Manifiesto Asténico".
En "Como soles patagónicos", el poeta, desde su singularidad dirige su poesía hacia un ámbito más social con el fin de propugnar una reacción: no hay un punto intermedio para el hombre que por fin abre los ojos. No puede haber excusa para seguir indiferente ante la zozobra. Si somos dueños de algo es de ese futuro, que pese a no ser del todo nuestro, es responsabilidad del que indaga y vive en el presente.

De esta manera los versos nos invitan a tomar conciencia de dónde estamos. En el extremo más alejado de lo impasible el poema se nos muestra como una eclosión luminosa, Quiere anticiparse al hundimiento de una era caduca, nos prepara para algo que viene, sabe que hoy, más que nunca, callar es otorgar. Y ensalza la reacción de la palabra desnuda contra el conformismo de los impasibles e indiferentes: la poesía como línea defensiva que hay que poner a salvo a toda costa se vuelve protagonista.

La estructura del poemario, dividida en cuatro partes, se establece en una cuenta atrás durante la cual asistimos a una transformación: la poesía simbólica, intima, personal, va mudando hasta trascender el ámbito subjetivo y abocarnos a un espacio crítico y combativo. Al tiempo que el poema adquiere una sencillez y una claridad visionaria, el fondo del mismo destila un decir directo, exigente, socializador, en el que el poeta busca su respuesta, y como unidad social que es, la encuentra en la indagación de lo genérico y colectivo, siempre con la intención de discernir u otear un punto común de reflexión humana desde la que promover un cambio.
Como respuesta al caos. Como si sus ojos fueran los ojos de un sherpa que nos dirigieran hacia una cima desde la que mirar con nuevos ojos. Como descubrimiento y constatación de la fragilidad de un mundo en caída libre, al que hay que cuestionar, sí, pero para salvar necesariamente. Como esperanza y segunda oportunidad para el que llega, nacen estos poemas.
En "Como soles patagónicos" la poesía de Eloy se vuelve comprometida y testimonial, reflejo de una época convulsa que nos toca vivir. En estos versos queda patente la convicción de que el ser humano, pese a la crisis espiritual que lo amenaza, es todavía dueño de un espacio, pequeño pero irrenunciable, el de su consciencia, el de su responsabilidad, el de su poesía.

Desde allí, y de manera urgente, tendrá que establecer su lucha y hacer oír su voz.

Joan Pinardell




jueves, 2 de abril de 2015

El corazón del sueño


La gallina de hierro
descuartiza el sueño.
Propone avenidas en las que el cuerpo
es el único reducto tolerado.


Ojalá fuera cierta la noche
transparente y eternamente elevada
sobre todas las cosas que trascienden.


He dormido cuatrocientas veces la sed del hombre
y una puerta de acero bailaba con el viento.


Una vez pude llegar a una estación
que no estaba vallada.
 

Calculamos la distancia a tu cuerpo
en bocas con labios.


Es universal la excrecencia soportable
la tara en la palma de la luz
cuando los perros remontan el frío
y la lana es una abulia que llega desde el pelo
con ganas de mancharse
de grises y de sombras.


En este sueño
he dormido ciudades de otro mundo
como si por alguna razón
los relojes
dejaran de ser
la daga de un continente
el enemigo inevitable del amor

o un arma
de bolsillo.