martes, 15 de noviembre de 2022

Salobre

 

Vengo del sabor salobre de las dunas.
Estuve en la noche
bordeando el delirio
-las manos en la carne
cerrado el botón del placer-.

Con estas mismas manos
que intentan el poema
fui piloto en las estrellas
de una piel enigma
que maullaba junto a la ventana.

Árboles rubios en la madrugada
noche que se abisma

¿quién eras en la vigilia del sueño no dormido?


2 comentarios:

Mujer de Negro dijo...

Una poesía hermosa, suave, como el movimiento de las olas
Abrazo

Gus. dijo...

Me encanto este poema.