sábado, 31 de diciembre de 2011

Poetas de guardia: Carilda Oliver




Última elegía

Yo podría decir que estoy de primavera
bajo un aire oloroso a luz definitiva,
y podría tapar la mirada bisiesta
que se me está cayendo afuera de la vida;
y ser de flor, de lluvia, de mariposa buena,
semejante a este cielo cuidado por la brisa,
a la ignorancia simple con que quiere una abuela,
o a la salud del alba, que es casi campesina...

Pero me estoy llorando el corazón que llevo
frente al hombre que tiene un poco de mi frío.
Ya no puedo dormir con párpados violentos:
él me espera despierto en la calle del vino.

Quizás debo acordarme de este color que tengo
y debo ser más tibia que un rincón de olvido.
Le diré blandamente con mi voz de febrero:
Enséñame una llama que se apague distinto.

Y estaremos las noches que le falten al tiempo
en el lugar humilde donde se acaba un trino;
él, con la frente inútil que le puso el invierno,
y yo, como un adiós sujeto en el vacío.




Declaración de amor

                                       Haz el amor, no la guerra...

Pregunto si llevo corazón 
cuando despierto el peligro entre sus muslos, 
si me equivoca 
cuando preparo la única trinchera 
en su garganta. 

Yo sé que la guerra es probable;
sobre todo hoy 
porque ha nacido un geranio. 

Por favor, no apuntéis al cielo 
con vuestras armas: 
se asustan los gorriones, 
es primavera, 
llueve, 
y está el campo pensativo. 
Por favor, 
derretiréis la luna que da sobre los pobres. 

No tengo miedo, 
no soy cobarde, 
haría todo por mi patria; 
pero no habléis tanto de cohetes atómicos, 
que sucede una cosa terrible: 
lo he besado poco.



Carilda Oliver Labra (Matanzas, Cuba, 1924)



lunes, 26 de diciembre de 2011

Autocita



Obstinadamente alfil
diagonal,
obtuso y huraño,
perfil
horizontal de sueño duro,
críptico o simple;
no sé desenterrar un nudo.


Paralelamente inventando
una quemadura
en cada
disidencia
y un ramo de heridas
que se inmolan;
no es umbilical cicatriz la que me cubre.


Alevosamente humano
de células magníficas,
seminal
único e incompleto,
como neolítica neblina
desenfocado;
no es casual la senda de mis pasos secos.



miércoles, 21 de diciembre de 2011

Nocturno con poeta y sofá


Todo niega la luz. El sueño se agrieta.
Envejecen sombras mansamente.


Los últimos pájaros que no emigran
duermen en equilibrio precario
frente a mi balcón.


Ni una sola piedra revela su grisura en el espejo.


En el abismo imprevisto de mi frente
un ángulo iluminado. Chirría
la noche de calor antiguo.


Por caminos desbrozados, el invierno avanza.


En tu proceloso origen me descarno.



lunes, 19 de diciembre de 2011

Minutos musicales: "Protection", Massive Attack




La brisa, cada vez más insistente, deja de ser una caricia agradable.

Entre las primeras sombras del atardecer apenas se vislumbran siluetas.

El sonido de las hojas arremolinadas por el viento resulta balsámico.

Huele a lluvia, y a últimos días de verano.

Una percusión lenta y seca, unos golpes de wah-wah, unas guitarras somnolientas sacudiendo acordes. De pronto irrumpe la voz de Tracey Thorn, es una voz penetrante y melancólica a la vez, una mezcla de dulzura y nostalgia. "Protection" suena mecánica y vulnerable, y acaba ascendiendo, poco a poco hacia lo sublime.


Cuando termina la canción, afuera la lluvia arrecia.


viernes, 16 de diciembre de 2011

Crecer



Quiere nimbos que se expanden 
y esponjas ilusas con risa en los metales.
Un piano infinito y una pelota sin brazos. Quiere
la luz bienvenida a la cenital promesa de una noche.
Los dedos enroscados, el amor completo.
Los sueños sin salida y el placer no arrebatado.

Por eso cuando lloran sus espigas
con sudor de enredadera, cuando
se curva su junco de titán, su altura
de fiera se agrieta en las costuras y
se descorre el viento que cubría al niño,
yo quiero iluminar las calles de su herida
con la carga y el polvo de los años en barbecho,
el abrazo sanador que me inocule, quiero
anti-dolor en la hora del resumen.
La palabra quiero, el gesto quiero
de ave fugaz en la derrota.
Quiero ver voraz jaguar en la espesura,
caudillo vegetal inmarchitable, la cuna
de los siglos en su frente de hombre digno.



...

martes, 13 de diciembre de 2011

Una postal de Diciembre


Un círculo
irregular,
un planeta completo,
flores
y pétalos rojos en los labios
¡Qué delicia de manjar inacabado!

Revoluciones pendientes
con la risa en el motor
como arma movediza.
Uno a uno el rumor crece
y se fabrica una marea.
¡Qué lentitud de palabras,
qué sutil gastronomía!

Destila la noche una esencia
de inasible alegría, un festín
de ala ancha y peregrinos.
¡Qué fauna de luna doble
irisa hasta el borde el destello!

Se enciende el júbilo
como un brotar de surtidor,
como un jadeo rotundo
junto al pie, junto a la huella.

Y yo me voy, pero me quedo
con la noche que adelanta su materia
de incipiente escafandra.

Pliego mi perfil horizontal.
Soy la decena en tu cifra.
Y apago la noche con un tres.



miércoles, 7 de diciembre de 2011

lunes, 5 de diciembre de 2011

Amelia Díaz Benlliure presenta su libro Manual para entender las distancias




El jueves día 1 de Diciembre, Amelia Díaz Benlliure presentaba en la librería Argot de Castellón su primer poemario, que lleva el sugerente título de Manual para entender las distancias.

El libro consta de 44 poemas divididos en dos partes en los que la autora se expresa acerca de las distintas formas de lejanía o proximidad, en la primera parte desde un punto de vista amoroso/personal y en la segunda desde una vertiente más social. La poesía, su poesía, aspira a comprender las distancias humanas como algo inherente a las personas, y a partir de ahí agitar la conciencia del lector para mostrarle con lenguaje limpio, lleno de potentes imágenes, que las distancias están ahí y está en nuestra mano acortarlas.

La presentación corrió a cargo de Marta Senent, la joven directora de ACEN, la editorial que publica el libro. Seguidamente Marcelo Díaz, poeta y escultor, disertó sobre alguna de las claves de la obra de Amelia Díaz. El acto continuó con la autora recitando con su habitual buen hacer textos de su Manual, con el acompañamiento a la viola de Manuel Porcar. Algunos de los presentes se sumaron al acto leyendo poemas en una velada que resultó altamente emotiva y cargada de una atmósfera muy especial de la que pudo disfrutar el numeroso público asistente.






Os dejo aquí el poema que recité en Argot:



IX


Tienes razón cuando dices
que nos faltan palabras,
o el ritmo,
o la humildad,
necesarias para conmover
tanto espíritu dormido.

Que la poesía es
el último reducto de los valientes.

Más yo comprendo
la cobardía de los hombres.
¿Acaso,
tú,
no dejas, perezoso,
que los años te tiñan de gris?

¿Cómo quieres luchar
por los hijos menores
de los dioses ínfimos
si tus manos encogidas
ya no saben sujetar
el hilo de una cometa?

Valientes de pecho afuera
y muertos de miedo
entre las violetas y el sofá.

Sí, podemos escribir
los versos de los guerreros.
Observar el bosque y gritar
ya viene el lobo.
De nada sirve rezar
quemando varas de incienso.
Solo queda apagar las hogueras
y asfixiarnos con el humo de los rescoldos.







Amelia Díaz Benlliure


Manual para entender las distancias


Ed. ACEN, 2011






jueves, 1 de diciembre de 2011

Sobre aceras y gestos


Los centauros recorren la metrópoli.
Llevan en su grupa un destilado de años
bárbaros en su ocaso. Hay escorpiones
rebuscando en las colas simétricas
del contenedor de papel.

Alguien ha escrito en una esquina que el futuro
es un asesinato.

¿Por qué el cristal se rompe para siempre?

El plasma exhibe su duro músculo
sobre las babas del vértigo caracol.

Cuando el sol no es más que un protocolo astronómico
los profetas se embuten en trajes Armani
y trepan a la quebrada línea del mercado

¿Por qué el invierno retoma aquel cuento
-mentira disecada en la sonrisa de un niño-
y trastea fuentes de luz más allá de la córnea?

En la sala de espejos hay una bala
rasgando sinónimos en la palabra cultura.

Toda Historia es ficción.
Los vencidos planean su venganza.
Pero el amor es el único
manual de supervivencia.