miércoles, 27 de enero de 2016

Dulces naufragios


Decíamos que éramos tan poderosos
como sombreros mejicanos en las cabezas
de aquellos que perpetuaban la proximidad del invierno.




Dejando trocitos de aire en los pedazos de cielo
esparcidos en aquella horrible habitación de hostal
nos fuimos haciendo grandes y finalmente esquivos
a noches esclarecedoras de blandas peleas
en callejones baratos o rincones turbios con tipos peligrosos
que no preguntaban las causas de las cosas
ni la dirección exacta o el lugar permitido.




Ladridos de perro en esquinas morosas
lluvia sucia hasta los talones
en veces que a fondo estallaban
cuando se congelan las apuestas ganadoras
y el maquillaje se descubre resbalando mentón abajo.



Y
No hemos llorado a pesar del frío.
Naufragamos a golpes de mar imaginado
en vías de agua que generosas exigen
la visión de lo nuestro en ciudades perplejas al dolor.




Nos miramos desde una oscuridad urgente
las armas pasan frente a la ventana que nos cubre.



Tal vez el amor sea una morada.




lunes, 18 de enero de 2016

[La provincia es un muro]


La provincia es un muro
a la altura de la boca.



Tengo una intención
y es salvable su latitud
prudente. Es en el sendero
desde el que emigro hasta mi casa
donde encuentro las flores comestibles.

Ciudades como arañas
cinceladas a martillo
y estar aquí tendido a sol abierto
añadiendo gotas al suelo de un vacío
en meses opacos y enemigos.

Luego
con los ojos cerrados y las luces
cerradas. La ventana a medio ojo
de nosotros
tumbados como sin conocernos
sin saber nada del viento
que acontece
llego -tú llegas aun más lejos-
a divisar el fuego entre las ascuas
a quemarme
ya en ti tocando
las blancas espumas que ha esculpido el tiempo.





lunes, 11 de enero de 2016

Octubre


Llueve en las azoteas de octubre

desde mi puesto de vigía
veo caer puntas de flores
sobre viviendas enmadejadas
en las que se mienten sus habitantes
cansados de sábados baratos
en grandes superficies de consumo aletargado
donde escogen las fuerzas
que les harán conquistar la semana.



Llueve en los campos de octubre

yo no los veo llegar
agazapados tras la noche estirada
como alimento único la devoran
el agua alza sus verdes a mediocielo
una luz de plomo está pintando la escena
y en tardes angulosas como esta tarde
yo me dejo sentir
alimento agua verdeluz plomo.





viernes, 8 de enero de 2016

permanencia del amor


los países
mi idioma en otras lenguas
el comercio internacional
los aranceles
antes de cruzar
las vallas los muros las fronteras
donde quedan porciones
de sangre
y de odio
la doctrina creacionista
la niebla
a los pies de la escalera
en un aeropuerto indefinido
el asfalto cuando llueve
el asfalto
a 40 grados de locura
las guerras habituales
y las que están
por habituarnos
las ventajas fiscales
a los que tributan sucio
el mal reparto
del dolor
la libertad
al vacío
como concepto
lo que desayuna
una anciana y no es leche
el tiempo
asaltante transbordador erosivo proxeneta




todo para y se desborda
ante el sauce conmovedor de un cuerpo que
se arracima a otro cuerpo
y ondulan con manos góticas
el encuentro
se recorren en el goce
se reconocen
antes
de conocerse
como si fueran gacelas invisibles
hambrientas de alimañas
o flores
en pradera inmarcesible
la unción contra el daño
la piel
manchada de piel
desembocando en el sueño