lunes, 10 de febrero de 2014

Me aburro



No escucho. Balbuceo
en otras alas. Me voy
con sábanas que me cubren
a lugares que no existen todavía.

La muerte es un ejercicio demasiado común
como escribir ausencia
y olvido en el mismo verso
dos líneas más abajo
de la palabra azul.

Todos los silencios me agradecen
la mueca sostenida,
hipócrita como debiera serlo
estúpida manada sin cabeza.

No atiendo. Palabras como monedas
sin amo. Efectos sonoros
doblando los bordes de la anemia.

Atonía
o
desdén,

con qué vocablo
me desgajo?

Ahora lo veo.
La
poesía
me
aburre.

Hoy.



3 comentarios:

Tomás Rivero dijo...

¿HOY? La poesía es un deporte. Hay que hacer ejercicio todos los días, para estar en forma.
Claro que no es igual la poesía de hoy que la de los románticos. Hoy los poetas mueren por exceso de colesterol y por vendedores de libro a presentación el euro. O a euro el kilo de lectura con copita de vino y canapé. Y todo para satisfacer a cuatro divorciadas y dos ligones que no han dedicado ni un minuto de su vida a un poema. O a una manera de estar en la vida. Y lo más grave es que ese "método" es aplaudido y fotografiado.

Perdona Eloy, pero es que tengo una edad muy difícil: Intransigencia se llama.

Abrazos.

Clelia Bercovich dijo...

El poeta ha de sufrir por sí mismo, por sus limitaciones, nunca sufre por mirar al vecino de costado,o reglar sus versos a la vecina, aunqe se espazan en el empedrado, eso hay que dejarlo para el que se amarga viendo la "hola" en la peluquería. La poesía ha muerto ¡Viva la poesía!

María Socorro Luis dijo...


Si solo es hoy...

La poesía no aburre; llama, te reclama, te exige, te obliga...

Necesitamos poetas. Aurrera.