lunes, 3 de febrero de 2014

A P.S.H.


Qué puta mierda, tío,
Filipseimurjofman,
nadie espera una muerte tan chunga.

No querías hacer de
querías ser.

Siempre orondo y despeinado,
obsesivo hasta el colapso,
por qué, Seymour,
me hiciste llorar una vez
con los mocos como un niño
y ahora
te me mueres como un idiota
como el cuelgue de un mediocre guionista,
yonki venido a menos.

Philip,
me jodiste el domingo
y no puedo dejar de escuchar
tu voz rubia en V.O.
y dejarme embaucar por
tus verdes ojos mínimos,
luz albina en The Máster,
tu bondad sin ambages
en esa catedral gótica de cine
llamada Magnolia.

Dónde crees que van, Hoffman,
los cadáveres exquisitos,
mira River,
mira Heath,
mira el polvo siempre exhausto
que nunca termina
de existir.

3 comentarios:

María Gladys Estévez dijo...

Quizás no encontró aquí lo que realmente buscaba...
Saludos.
Precioso poema.

Unknown dijo...

Maravilloso.

Triste y lamentable su muerte. Tantas películas que le faltaban por hacer. Nos cautivó. Yo también me sentí muy triste por su muerte. Un actorazo, sin duda alguna.

Abrazos.

O.

María Socorro Luis dijo...

Una estúpida muerte, en verdad.

Sí, da rabia que no se sepa valorar la vida...

Buen poema, original y sincero.