miércoles, 10 de febrero de 2010

Pasa la tarde.

Pasa
la tarde cautiva
en la ciudad sin sueños.

Mujeres y hombres
se apresuran insomnes
buscando color
en la mirada de los niños.

La tarde, ya oscura
es casi noche sin luto
en la ciudad enrejada
que sabe a hollín y amargura.

La noche vence sin prisa
y es un lento fluir
de extraviadas rutinas
insensibles al amor de las mujeres.

Duerme la ciudad cautiva
en la noche sin sueño.

Pasa el tiempo
y se escurre el reloj
por las rendijas de este invierno.

6 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Mi archi enemigo, el reloj. Siempre entrometiéndose donde no debe. El tiempo. La tarde...
Que precioso poema Eloy. Duerme la ciudad cautiva en la noche sin sueño, que verso bellísimo...
Cariños!

Anónimo dijo...

Me gusta como plasmas la paradoja del tiempo, un gran poema.

Un abrazo

Sara Royo dijo...

Sí, las tardes de invierno, oscuras, lentas, tristes, son como asesinar al reloj.
Besicos.

Marina Filgueira dijo...

Muy bueno también este otro poema: Felicidades. Un saludo.

Eva Márquez dijo...

Gracias Eloy por tu visita, preciosas fotografías las tuyas, y mucho más enigmáticas tus palabras, me gusta esa ciudad sin sueños, cautiva, extraviada y rendida,... como hoy me siento yo,

Un besazo

Eva

Desconcierto dijo...

Suaves letras

un abrazo