lunes, 1 de febrero de 2010

A veces pasa, en el Jardín Botánico ...

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No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
ah pero las parejas que huyen al Botánico
ya desciendan de un taxi o bajen de una nube
hablan por lo común de temas importantes
y se miran fanáticamente a los ojos
como si el amor fuera un brevísimo túnel
y ellos se contemplaran por dentro de ese amor
Mario Benedetti



Vino
puntual. Llevaba
una ligera inclinación de nave,
cierta propensión en sus ojos
al parpadeo inseguro
y en los labios
unas líneas hasta entonces desconocidas.


Pidieron helado,
el verano era sólo una promesa y la belleza
en los hombros
destilaba alegría.

Hablaron
de todo y de nada
-mariposas de colores
revoloteaban haciendo señales
a las hojas y a los árboles
del Jardín Botánico-
y una cosa llevó
a las otras, sin prisas
como si aquel encuentro
tan trivial y liviano
fuera el gran presagio
de una postrera osadía.

Con esquisita ternura
se tomaron de la mano
y caminaron juntos sin mirarse
por la vereda sin trampas
del Jardín Botánico.


Y el amor no hizo preguntas
ni la noche llegó a destiempo.

Todo
fué un lindo fluir inesperado
de vientos y mareas
que iban,
sin prisas,
hacia lo que nunca diremos
en este poema.

1 comentario:

Anele dijo...

Hermoso
Distinguido
Elegante

;)