jueves, 4 de noviembre de 2010

Las tardes y el tiempo.




Los parques en la tarde son oleicas estructuras,
impredecibles mareas
punteadas por gritos y carreras,
vértigo del ahora, y todo ya,
y los números son dedos
y los dedos son pistolas
que imaginan.
.
Las tardes en los parques y noviembre
tienen una prisa atolondrada
por desgranar minutos en remojo
y hacer del tiempo una ilógica medida.
.
Tienen los parques y las plazas esas tardes
un color eléctrico, estridente,
un sonido azul de atardecer y ciudad
que no conoce la negrura del escarnio.
.
.
¿Qué quedará de las tardes y los jueves
la merienda, los saltos, ese olor
tan blanco, como de ropa amable?
.
¿Qué no volverá,
qué se perderá en la bruma
anónima del olvido,
qué nos quedará mañana,
las ramas secas,
una locura pertinente,
la implacable erosión de lo vivido?
.
.
.

2 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

Me gusta todo, Eloy, pero si puedo elegir, me quedo con ese "olor de ropa amable" potentísima la imagen y tan sugerente... que ojalá no sea succionada por el olvido.

Besos.

María Socorro Luis dijo...

Qué bonito. Los parques en noviembre, tienen esa tristeza dulce del otoño, y están llenos de poesía... Así tu poema.

Besos