viernes, 25 de abril de 2014

Los que son


Miran al otro
lo ven distinto
y le llaman enemigo.
Imponen su distancia 
como única verdad.
Las diferencias 
les producen arcadas.
Duermen bien
con el arma amartillada
bajo la almohada.
Hablan alto y carecen
de empatía. No saben
verse en los ojos
que les miran.
Tienen en los iris
unas venas que se inflaman
más allá de los 60 grados
de amplitud de miras.
No practican los versos.
Les desconcierta
la poesía
y 
la belleza.



1 comentario:

María Socorro Luis dijo...


No saben que están muertos, Eloy.

Un abrazo.