Cuando el tiempo no tenía aún certeza
y la nieve hilaba su rostro bisiesto,
viajar en el ala de un día era un asombro.
Me vencía la noche y su inmanencia,
su prisa de corola y su banquete.
Y los ríos se anunciaban verticales
con los cuerpos enteros, las maderas
sin permiso y el sexo veloz como promesa.
Hoy sueño con los que no están y fueron,
con los que están y no son.
Todavía me quema aquel enigma
de saber si somos, tan solo,
la locura pertinente
de ese tiempo que no espera.
6 comentarios:
Me gusta Eloy, me gusta mucho.
Donde dice "ya los ríos", no sería "y los ríos"?...
Beso enorme. *Soco
Gracias Soco, también por la sugerencia. Creo que lo voy a cambiar.
Y otro besoenorme para ti.
Somos lo mismo que un enjambre de llantos.
Me gusta, y mucho, Eloy, un viaje a través de la duda desde el primer verso (el tiempo sin certeza) que se concluye en la locura pertinente del tiempo que no espera, y me da esa sensación de un ciclo continuo... como la vida misma.
Enhorabuena y abrazos.
Leo
Me gustan tus poemas, y este, especialmente.
Besicos.
Me embarco en este viaje contigo, disfruto cada verso, toco cada palabra, cada imagen, intuyo, me acerco al núcleo del que partió, me pierdo en esa prisa de corola y aquí estoy, añorando también aquel tiempo donde todo era asombro. Un abrazo, poeta.
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