jueves, 30 de enero de 2014
domingo, 26 de enero de 2014
La lentitud como verano
la parte
más espuma
tuya la norte
luzfaro
y vanguardia
abofetea mi puya
me parte en dos la ternura
mar arrebolado
a bocanadas
en playa del sur
es mi ojo imaginando
mi mano toca lo instinto
recuerda el sol en cada recodo
de piel
en tan húmeda estructura
has levantado un verano
con movimientos sublimes
besadora
hambre de alimento
más espuma
tuya la norte
luzfaro
y vanguardia
abofetea mi puya
me parte en dos la ternura
mar arrebolado
a bocanadas
en playa del sur
es mi ojo imaginando
mi mano toca lo instinto
recuerda el sol en cada recodo
de piel
en tan húmeda estructura
has levantado un verano
con movimientos sublimes
besadora
hambre de alimento
………………………………… y de ti
martes, 21 de enero de 2014
A veces
Es
extraño, hay veces
que el mar se atrinchera
detrás de cualquier rutina
y no moja esta presencia de ti.
Es extraño, y contiene
variedades tonales
del ocre y a veces
unos toques de gris.
Pero las manos saben
recorrer tu extrañeza,
crear una isla que a veces
se descuelga del todo así.
que el mar se atrinchera
detrás de cualquier rutina
y no moja esta presencia de ti.
Es extraño, y contiene
variedades tonales
del ocre y a veces
unos toques de gris.
Pero las manos saben
recorrer tu extrañeza,
crear una isla que a veces
se descuelga del todo así.
domingo, 19 de enero de 2014
Enero
Han cortado las
ramas de los árboles
donde dormían los pájaros.
Nubes rosas de curiosas formas
provocan la mirada
en los finales de la tarde.
Una manada de estorninos
baila alrededor del centro comercial.
Enero
toma posiciones.
donde dormían los pájaros.
Nubes rosas de curiosas formas
provocan la mirada
en los finales de la tarde.
Una manada de estorninos
baila alrededor del centro comercial.
Enero
toma posiciones.
martes, 14 de enero de 2014
Reivindicación del yo
Los trenes que no cojo
me están esperando
en estaciones de papel y trapo.
El silbato suena
y me quedo solo
buscando en el andén
mi lado derecho,
el corazón
se ha cambiado de sitio
sin dar aviso,
como queriendo escapar
de una rutina pactada.
Aquí
los relojes
son termómetros
con goteras.
Yo me abrazo
al pasajero de la boina gris
a la mujer que pregunta
a su sombra,
juego con los niños
y las niñas
que aún no quieren crecer.
Mañana es el día
de mi próximo nacimiento,
no estoy seguro de la fecha,
hay vaho en las ventanas.
Todos los ojos,
las réplicas posteriores
al primer intento,
todas las manos
que juntaron sus tendones
para llegar al lugar
y el ahora
pero no recuerdo
¿cómo se sale de aquí?
me están esperando
en estaciones de papel y trapo.
El silbato suena
y me quedo solo
buscando en el andén
mi lado derecho,
el corazón
se ha cambiado de sitio
sin dar aviso,
como queriendo escapar
de una rutina pactada.
Aquí
los relojes
son termómetros
con goteras.
Yo me abrazo
al pasajero de la boina gris
a la mujer que pregunta
a su sombra,
juego con los niños
y las niñas
que aún no quieren crecer.
Mañana es el día
de mi próximo nacimiento,
no estoy seguro de la fecha,
hay vaho en las ventanas.
Todos los ojos,
las réplicas posteriores
al primer intento,
todas las manos
que juntaron sus tendones
para llegar al lugar
y el ahora
pero no recuerdo
¿cómo se sale de aquí?
domingo, 12 de enero de 2014
Después de follar
Después de follar
como presuntos
supervivientes de un país
a punto de extinguirse,
cómo decirte
a la mañana siguiente:
-otro lunes
de tiempo concedido-
hay que sacar algún tupper
del congelador,
qué prefieres,
macarrones o arroz,
cómo me dirás: recuerda
ponerle gasolina al coche,
ayer
se me encendió el piloto
naranja
y no te olvides
de tender la ropa,
la última vez
se quedó tres días
en la lavadora
cómo encontrar el punto de fuga
que me agarre a tu cintura
como un descorchabotellas
y hacer del tiempo un rehén
que no magulle los besos
de qué manera te acerco
mi tabla si naufrago
cada día como mínimo
un par de veces
dónde esconder los peajes
y ese coro de amigos
que ruega por nosotros
mientras cruzamos el paso
justo en el momento
en que la cebra es devorada
por el Gran Depredador
no digas nada
quítate la ropa
poco a poco
y lo vamos pensando.
supervivientes de un país
a punto de extinguirse,
cómo decirte
a la mañana siguiente:
-otro lunes
de tiempo concedido-
hay que sacar algún tupper
del congelador,
qué prefieres,
macarrones o arroz,
cómo me dirás: recuerda
ponerle gasolina al coche,
ayer
se me encendió el piloto
naranja
y no te olvides
de tender la ropa,
la última vez
se quedó tres días
en la lavadora
cómo encontrar el punto de fuga
que me agarre a tu cintura
como un descorchabotellas
y hacer del tiempo un rehén
que no magulle los besos
de qué manera te acerco
mi tabla si naufrago
cada día como mínimo
un par de veces
dónde esconder los peajes
y ese coro de amigos
que ruega por nosotros
mientras cruzamos el paso
justo en el momento
en que la cebra es devorada
por el Gran Depredador
no digas nada
quítate la ropa
poco a poco
y lo vamos pensando.
lunes, 6 de enero de 2014
Manifiesto asténico en Canal-Literatura.com
“Manifiesto Asténico” De Eloy Sánchez Guallart. Por José Antonio Olmedo López-Amor
Natural de Castellón, Eloy Sánchez Guallart (1963) es uno de los miembros de la tertulia poética castellonense El Almadar y colabora habitualmente con sus textos en su revista Azharanía.Ha participado en las antologías de varios autores Poetas del 15M (Séneca, 2011) y Arando versos (ACEN, 2012). Sánchez Guallart debuta en la poesía con Manifiesto asténico, que se enmarca como una ópera prima pionera en la colecciónAstrolabio coordinada por la poeta y editora Amelia Díaz Benlliure.
El título del poemario puede abocarnos a equívoco, ya que la astenia reflejada en él no hace justicia con el corpus final tras su lectura. La vigorosidad, el tratamiento colorista o su riqueza de imágenes no me permiten aceptar que el conjunto sea un manifiesto escrito desde el decaimiento o la debilidad, sino más bien lo contrario, intuyo que está escrito desde una fuerza interior que se rebela contra todo ello, aunque no por ello está exento del desencanto que proporciona ser consciente de la realidad que nos rodea.
Los temas centrales escogidos por el poeta castellonense para vehicular su discurso son el amor, el ser humano y el tiempo pero abordados cada uno desde las más variadas lecturas y gradación de hondura que su versatilidad como cantor y filósofo le confiere.
Con la publicación de Manifiesto asténico de Eloy Sánchez Guallart tenemos la dicha de asistir a dos nacimientos, por un lado el debut de Guallart en la poesía y por otro la aparición en el panorama editorial de “Urania ediciones”, un proyecto literario que emerge con fuerza en uno de los periodos socio-económicos más complicados de la historia.
El libro está dividido en tres bloques y para diferenciarlos utiliza fragmentos de otro cantor y filósofo legendario como es Leonard Cohen, fragmentos que dicho sea de paso podrían haber sido traducidos al castellano. El primer bloque abre el fuego con una estrofa de la canción “Suzanne” que fue la más popular del disco en que se publicó y una de las más famosas de su carrera, The Songs of Leonard Cohen (1967). No por casualidad este disco es la ópera prima del autor canadiense que provenía de la literatura -ya había escrito dos novelas y cuatro poemarios- y se lanzaba al mundo de la música a la edad de 33 años. Son tantas las analogías que Sánchez Guallart encuentra en Cohen que el poeta de Castellón decide separar cada bloque de su poemario con fragmentos de canciones del genio autor de The Partisan.
El primer poema del libro lleva por título “Poética” y no en vano al mismo tiempo que inaugura la aventura en sus versos el poeta trata de justificar las motivaciones de su escritura, un envite en el que podemos entrever tanto los temas capitales de sus preocupaciones como el patológico e impulsivo mecanismo que lo lleva a escribir casi en legítima defensa, planteamiento que ya compartiera otro excelente poeta valenciano como es Sergio Arlandis en su obra Caso perdido(Renacimiento, 2010).
El poemario abarca un espectro muy amplio tanto en léxico como en puntos de vista del yo lírico. En el lenguaje, por ejemplo, encontramos desde lo sórdido y casi ordinario hasta lo más culto y refinado, pasando por una supresión de artículos y preposiciones, así como un espíritu neologista que no oculta una búsqueda estética y convierte la lectura en ocasiones -posiblemente alambicada para algunos- en sofisticada e impactante. También observo un uso anárquico de las comas y las asonancias, rasgos que exigen cierta entrega por parte del lector y que además confirma una concepción ultraliberal de un versolibrismo desatado que busca nuevos caminos, algo muy de agradecer en estos tiempos en los que para mucha gente está todo dicho en la literatura.
En la página 34 encontramos el poema titulado “Valentine´s day” y una de sus estrofas dice así: “… talle frondoso en tarro esencial/volcánica flor hierática altiva/en formas sinuosas onduladas tu ser/capicúa guía deseo inalcanzable”. El agrupamiento de sustantivos y adjetivos dan buena cuenta de lo intenso de la lectura, una sucesión de imágenes, de sabores, de colores en espasmódica vorágine de sucesos y de formas.

En la página 73 encontramos el poema titulado “El poema que escribo” donde el poeta se sincera con sus lectores en su afán por atisbar nuevos senderos en el lenguaje construido con palabras y confiesa tanto su necesidad de afirmarse como disidente gramatical de una mayoría aborregada -cronopio- como su verdadera naturaleza de autor-canal más que autor-caudal. Lo ajeno de la inspiración nos nombra cauces de argumentos que no entendemos. Eloy acepta ese sometimiento de orden natural pero no pierde la esperanza de intentar introducir sus cláusulas para mejorar las condiciones de ese contrato leonino: “El poema que escribo/se enzarza en las esquinas, /con ira costurera/gruñe su condición disidente/ajeno a los modismos/a los pies de la manada”.
En definitiva Manifiesto asténico es un viaje por las entrañas de un nuevo poeta que ofrece buenas formas y buenos contenidos, un poeta que no redunda en lo ya leído sino que con valentía aspira a encontrar nuevas vertientes, algo que lo destaca de una gran masa tradicionalista que comercia con monas vestidas de seda tan héticas como pergeñadas. Espero que en el futuro podamos hablar de Sánchez Guallart como uno de los benefactores de esa raza en peligro de extinción que son los verdaderos poetas.
José Antonio Olmedo López-Amor
Datos:
Título: Manifiesto asténico
Autor: Eloy Sánchez Guallart
Género: Poesía
Editorial: Urania ediciones
Número de páginas: 86
Año de publicación: 2012
viernes, 3 de enero de 2014
Manifiesto asténico en Escritores.org (reseña de José Antonio López-Amor)
Reseña crítica de Manifiesto asténico que hace José Antonio Olmedo
López-Amor en Escritores.org:
Manifiesto asténico
- Autor:Eloy Sánchez Guallart
- Género:Poesía
- ISBN:978-84-940495-0-7
- Nº Páginas:86
- Encuadernación:Tapa blanda
- Año:2012
Titular: Con la publicación de “Manifiesto asténico” de Eloy Sánchez Guallart tenemos la dicha de asistir a dos nacimientos, por un lado el debut de Guallart en la poesía y por otro la aparición en el panorama editorial de “Urania ediciones” un proyecto literario que emerge con fuerza en uno de los periodos socio-económicos más complicados de la historia. Reseña: Natural de Castellón, Eloy Sánchez Guallart (1963) es uno de los miembros de la tertulia poética castellonense El Almadar y colabora habitualmente con sus textos en su revista Azharanía. Ha participado en las antologías de varios autores Poetas del 15M (Séneca, 2011) y Arando versos (ACEN, 2012). Sánchez Guallart debuta en la poesía con Manifiesto asténico que se enmarca como una ópera prima pionera en la colección Astrolabio coordinada por la poeta y editora Amelia Díaz Benlliure. El título del poemario puede abocarnos a equívoco, ya que la astenia reflejada en él no hace justicia con el corpus final tras su lectura, la vigorosidad, el tratamiento colorista o su riqueza de imágenes no me permite aceptar que el conjunto sea un manifiesto escrito desde el decaimiento o la debilidad, sino más bien lo contrario, intuyo que está escrito desde una fuerza interior que ser rebela contra todo ello, aunque no por ello está exento del desencanto que proporciona ser consciente de la realidad que nos rodea. Los temas centrales escogidos por el poeta castellonense para vehicular su discurso son el amor, el ser humano y el tiempo pero abordados cada uno desde las más variadas lecturas y gradación de hondura que su versatilidad como cantor y filósofo le confiere. El libro está dividido en tres bloques y para diferenciarlos utiliza fragmentos de otro cantor y filósofo legendario como es Leonard Cohen, fragmentos que dicho sea de paso podrían haber sido traducidos al castellano. El primer bloque abre el fuego con una estrofa de la canción “Suzanne” que fue la más popular del disco en que se publicó y una de las más famosas de su carrera, The Songs of Leonard Cohen (1967) no por casualidad este disco es la ópera prima del autor canadiense que provenía de la literatura -ya había escrito dos novelas y cuatro poemarios- y se lanzaba al mundo de la música a la edad de 33 años. Son tantas las analogías que Sánchez Guallart encuentra en Cohen que el poeta de Castellón decide separar cada bloque de su poemario con fragmentos de canciones del genio autor de The Partisan. El primer poema del libro lleva por título “Poética” y no en vano al mismo tiempo que inaugura la aventura en sus versos el poeta trata de justificar las motivaciones de su escritura, un envite en el que podemos entrever tanto los temas capitales de sus preocupaciones como el patológico e impulsivo mecanismo que lo lleva a escribir casi en legítima defensa, planteamiento que ya compartiera otro excelente poeta valenciano como es Sergio Arlandis en su obra Caso perdido (Renacimiento, 2010). El poemario abarca un espectro muy amplio tanto en léxico como en puntos de vista del yo lírico, en el lenguaje por ejemplo encontramos desde lo sórdido y casi ordinario hasta lo más culto y refinado, pasando por una supresión de artículos y preposiciones así como un espíritu neologista que no ocultan una búsqueda estética y convierten la lectura en ocasiones -posiblemente alambicada para algunos- sofisticada e impactante. También observo un uso anárquico de las comas y las asonancias, rasgos que exigen cierta entrega por parte del lector y que además confirman una concepción ultra liberal de un versolibrismo desatado que busca nuevos caminos, algo muy de agradecer en estos tiempos en los que para mucha gente está todo dicho en la literatura. En la página 34 encontramos el poema titulado “Valentine´s day” y una de sus estrofas dice así: “…talle frondoso en tarro esencial/volcánica flor hierática altiva/en formas sinuosas onduladas tu ser/capicúa guía deseo inalcanzable”. El agrupamiento de sustantivos y adjetivos dan buena cuenta de lo intenso de la lectura, una sucesión de imágenes, de sabores, de colores en espasmódica vorágine de sucesos y de formas. En la pagina 56 se encuentra el poema titulado “Mediodía” quizá sea una apreciación mía pero encuentro en estos versos la misma cadencia que en la letra de una canción, por lo que intuyo cierta vocación de músico en Eloy, una inquietud que -de ser cierta- sin duda le beneficiaría a la hora de componer poemas: “Soy un flamenco rojo en la cocina, /aquel estúpido que todavía no emigró, /soy el último habitante que declina/los verbos del fútbol y el bar. /Así se dispone en los bandos que cuelgan/de las esquinas de plomo en esta puta ciudad”. La acólita visión descarnada de un mundo que acompaña a aquel que no lo asume no es cinismo ni crítica sino un lenguaje fundado contra la tiranía sistémica que instaura en los corazones tanta desazón como inhumanidad. “Tanta moneda en el centro de las apáticas vidas…” “Tantos números venciendo la lágrima en un desahucio…” “La horma se ha hecho sistema/y agrieta la calidad del ser que abrió…”. El poeta se indigna ante un panorama desolador, el escenario del urbanita del siglo veintiuno, no entiende el estatismo, la vida autómata, y hasta se cuestiona la utilidad de la poesía: “Tantos árboles huérfanos de abrazo/y tan poca/la utilidad de un poema”. Es lícito cuestionarse hasta la validez de nuestro silencio, es comprensible que nazca la desconfianza cuando lo demás no acompaña, somos humanos, por eso son necesarias las “Proposiciones”: “Provoquemos el acto, /una fugaz rebeldía, /las manos/que encienden/e incendian/el páramo ciego”. Revulsivo, fiscal acusador, díscolo sublevado, la audacia como autor de Eloy inquieta y atenaza al pensamiento, incita al movimiento y su dinámica. A lo largo de los 53 poemas que componen este libro vamos conociendo la historia no contada por su autor, el estigma del amor, la angustia por lo efímero de estar vivo, influencias musicales, como también influencias cinematográficas, si bien en ocasiones esas influencias se delatan textualmente en títulos como “Habitación con vistas” o “Del tiempo sin retorno o la conciencia del Replicante” hacia filmes -tan dispares- de Ivory o Scott respectivamente, también lo hacen sutilmente en descripciones muy gráficas dignas de una cultura audiovisual, se muestran perspectivas narradoras ubicadas con la misma precisión que colocaría sus aparatos un director de fotografía. Hay guiños en sus versos a autores clásicos como cuando dice: “Espinas como labios…” o a películas míticas de géneros mucho más explícitos: “Tras la puerta verde…” “Quiméricos inquilinos…” aunque debo confesar que mi intuición me dice que su criterio artístico le hace inclinarse más por el género de la ciencia ficción, no por nada es autor desde el año 2008 de un blog que lleva por nombre “Lágrimas en la lluvia” cuyo título hace alusión al magnífico monólogo interpretado por el actor Rutger Hauer en la secuencia final de la película “Blade Runner” un clásico que sin duda ha influido en este autor. En la página 73 encontramos el poema titulado “El poema que escribo” donde el poeta se sincera con sus lectores en su afán por atisbar nuevos senderos en el lenguaje construido con palabras y confiesa tanto su necesidad de afirmarse como disidente gramatical de una mayoría aborregada -cronopio- como su verdadera naturaleza de autor-canal más que autor-caudal. Lo ajeno de la inspiración nos nombra cauces de argumentos que no entendemos, Eloy acepta ese sometimiento de orden natural pero no pierde la esperanza de intentar introducir sus cláusulas para mejorar las condiciones de ese contrato leonino: “El poema que escribo/se enzarza en las esquinas, /con ira costurera/gruñe su condición disidente/ajeno a los modismos/a los pies de la manada”. En definitiva Manifiesto asténico es un viaje por las entrañas de un nuevo poeta que ofrece buenas formas y buenos contenidos, un poeta que no redunda en lo ya leído sino que con valentía aspira a encontrar nuevas vertientes, algo que lo destaca de una gran masa tradicionalista que comercia con monas vestidas de seda tan héticas como pergeñadas. Espero que en el futuro podamos hablar de Sánchez Guallart como uno de los benefactores de esa raza en peligro de extinción que son los verdaderos poetas.
José Antonio Olmedo López-Amor
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