domingo, 12 de enero de 2014

Después de follar


Después de follar como presuntos
supervivientes de un país
a punto de extinguirse,
cómo decirte
a la mañana siguiente:
-otro lunes
de tiempo concedido-
hay que sacar algún tupper
del congelador,
qué prefieres,
macarrones o arroz,
cómo me dirás: recuerda
ponerle gasolina al coche,
ayer
se me encendió el piloto
naranja
y no te olvides
de tender la ropa,
la última vez
se quedó tres días
en la lavadora

cómo encontrar el punto de fuga
que me agarre a tu cintura
como un descorchabotellas
y hacer del tiempo un rehén
que no magulle los besos

de qué manera te acerco 
mi tabla si naufrago
cada día como mínimo
un par de veces

dónde esconder los peajes
y ese coro de amigos
que ruega por nosotros
mientras cruzamos el paso
justo en el momento
en que la cebra es devorada
por el Gran Depredador

no digas nada
quítate la ropa
poco a poco
y lo vamos pensando.


3 comentarios:

Tomás Rivero dijo...

Después de follar tender la vida cotidiana en la cuerda de las contradicciones, es tan jodido como tender las contradicciones en la cuerda de follar. Ni un antes ni un después de rutina vendrá a decirnos de qué amor se prendieron estos versos.

Por tanto me gusta el poema aproximadamente.

Un abrazo, Eloy.

leolo dijo...

Un abrazo, Tomás,
Las palabras, o los versos, son solo intentos aproximados de acercamiento a aquello que ocultamos como iceberg. Cómo eclipsar las rutinas y el desamor, o cómo prender fuego años versos? Andamos desubicados, pero andamos.
Otro abrazo, Tomás.

Aromas de letras dijo...

Muy bueno Eloy un fuerte abrazo...