lunes, 3 de septiembre de 2012

Crepusculario


Y que el atardecer bastaba,
su color de dársena sedienta,
su apatía reptando tras los últimos ventanales
de la ciudad que aspira
y reclama
que no todo está perdido.

Ese color fue un desierto lívido,
un espacio de sopor sin banderas quemadas
en la hora justa del sortilegio a jirones,
cuando la noche es apenas un manto
esperando sucumbir.

Que suene entonces la música candente.
Que las playas sean albinas y los cuerpos jubilosos
panes de la tierra,
y la utopía los roce,
y los toque,
y los palpe, 
y los estruje,
y los manche hasta el útero,
sedienta de su rugir enajenado,
............................................. ya vuelo
............................................. más huella que sal.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

qué hermosura, Eloy.., ¡qué hermosura!
Felicidades, pero lo que me sale del alma es darte las gracias por haberlo escrito.
Un beso enorme

leolo dijo...

Mil gracias a ti, Sofía, por tu generosidad. Valoro mucho lo que te sale del alma.

Unknown dijo...

ahí está el Mediterráneo acaparando las huellas, la propias y las ajenas,
rojo el cielo del verano, blanca la arena
(qué resista tu poesía, hermano, aunque queme las banderas)
Abrazo enorme, poeta

José María Souza Costa dijo...

Convite
Passei por aqui, para lê o seu blogue.
Admirável. Harmonioso. Eu também estou montando um. Não tem as Cores e as Nuances do Vosso. Mas, confesso que é uma página, assim, meia que eclética. Hum... bem simples, quase Simplória. E outra vez lhe afirmo. Uma página autentica e independente. Estou lhe convidando a Visitar-me, e se possível Seguirmos juntos por Eles. Certamente estarei lá esperando por você, com o meu chapeuzinho em mãos ou na cabeça.
Insisto que vá Visitar-me, afinal, o que vale na Vida, são os elos de Amizade.

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