martes, 7 de febrero de 2012

Oleo con tucán y sombrero



Bajo las mieses de un invierno absoluto
rememoro una playa.
............................... Un rostro,
tan parecido al mío como una ola
a su suerte sucesiva, observa al tigre
que vela su coraza de juncos
en la orilla erguida del mundo iconoclasta.

El horizonte es un quebrado sencillo,
una alargada rama de olivo en el pico
estrambótico del espectacular tucán.

En la costa de tu vientre una bahía reposa
sin dioses que alabar, sin lo innombrable
como materia inasible a que aferrarse.
........................................................ Intuyo
desde el otero que atisba la ensenada
caracolas y algas en tu cintura de espigas
donde posarme ese tiempo en el que el signo
es una marea que cumple su condición dual.

No me vale la nostalgia. No me vence
su dulzona melodía. La playa es un ahora
salobre y rabioso, un contrincante enarbolando el vuelo
azul de una gaviota.
En el lienzo de mi fugaz retrato
eres el habitante extraño, el percutir de alas
sobre el sombrero a cuadros,
........................................... el óleo vital
contra el cable deformado
...................................... sobre un abismo de plumas.




6 comentarios:

Anónimo dijo...

Podría decirte aquello de que cada día escribes mejor, pero no me gusta hablar así, como si examináramos al escritor...al poeta, ¿quiénes somos cada uno para pretender algo así? te siento como compañero y como poeta y hoy eres un demiurgo que has venido a crearme un magnífico paisaje, que aunque te extrañe, me ha evocado la lectura de pasajes de Proust en su "en busca...", allí, en la playa de Balbec.
No acierto al porqué ni me importa. Sí sé que ha sido un placer leerlo y encontrarme con este paisaje que, tampoco vislumbro el motivo, conozco tan bien.
Un beso de buenos días, Eloy

Amelia Díaz dijo...

Pues me pasa como a Sofia con lo de que "cada día escribes mejor"...

Solo sé que te leo, que te escucho en la tertulia (¡qué bien, esta tarde toca!) y me voy llenando de esa extraña sustancia llamada poesía y, además, de un orgullo orgulloso de saberte compañero. De saberte amigo.

Si pudieras verme a la vez que lees, verías que hasta aguanto la respiración.

Eres genial, Eloy querido.

Amelia Díaz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
eloy dijo...

Compañera Sofía, demiurgo ¡me gusta esa palabra! me la guardo en el cuaderno para ilustrar el próximo paisaje imaginado. Es un lujo tenerte al otro lado.
Gran abrazo Sofía.

eloy dijo...

Amelia, tú me ves con buenos ojos.
Pues yo, más orgulloso y amigo, y tú, más genial todavía.
Un abrazo, compañera y amiga almadariana(¿?)

laislaquenoes dijo...

Me encanta, Eloy. Es muy bello. Enhorabuena.