vamos a follar y luego hablaremos
de cómo llegamos a este silencio que es un muro
un nudo nos desata
y las manos
nos reclaman
su sexual labor de manos
follemos
con rabia desmedida
con la rabia desmedida que es un comernos
un delante, un detrás,
un revolvernos,
un ser muro de palabras y lágrimas
por delante y por detrás
de las mentiras que no nos dejaron mentir
vamos a follar ahora,
dejemos que el calor enfríe los silencios
y así el muro, la rabia, las manos ...
nada mejor que otra vez
dos cuerpos aprendidos
desprendidos
de las alas y en las alas,
un ángel sin un final
mi ángel,
vamos a follar,
no somos felices, lo hablamos
la última vez
que la escarcha anidó en nuestros ojos
pero ahora
mis manos piden venganza
y tus muslos exigen ser debidamente conquistados
con la lengua clandestina que no sabe de emociones
ni tártaras banderas
ni tampoco de minutos comedidos
sólo follar ahora
y después
el silencio
y probablemente
el humo
2 comentarios:
El delirio de la carne... siempre saldándose las deudas entre los amantes, que será que nos enciende y nos puede, aunque después haya humo?
Besos, me encantaron tus versos
Me parece triste. Hermoso, pero triste.
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