Tendrías que aprender a
volar como un ciempiés
sorprendido por sus patas voladoras
en un cuento japonés ilustrado
con antropomórficos insectos.
Debería acampar en el volcán de tu ombligo
sin permisos ni carreras
construir chozas, plantar pinos
abrir cortafuegos hasta el acantilado
y en un descuido
de tan arduas tareas
subir al desván
y desvestirnos.
sorprendido por sus patas voladoras
en un cuento japonés ilustrado
con antropomórficos insectos.
Debería acampar en el volcán de tu ombligo
sin permisos ni carreras
construir chozas, plantar pinos
abrir cortafuegos hasta el acantilado
y en un descuido
de tan arduas tareas
subir al desván
y desvestirnos.
1 comentario:
Me gusta esta realidad tan fantástica o esta fantasía tan real...
Besos, poeta
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