de voces lleno
de pisadas con barro hasta la frente
de andamios colgando
de una rama parapléjica
es que estoy vivo en un 97 %
y hasta mi autómata me pide
extender su autonomía.
Si doblo mis ojeras
en la mesita cada noche
y las cuelgo en una percha
-no necesito los ojos para tocarte-
es por necesario descanso
(hombre blanco, primer mundo, clase media en proceso de derribo,
49 años, 1'65, sin tumores conocidos)
Si no me hago a un lado
arderé en el cortejo.
Si no me doy la vuelta
y os miro a los ojos
si ensancharan las calles y pudiera
escribir sin costuras
todo lo que le falta a la palabra
para hacerse necesaria.
Así estamos
los unos por los otros
y sin los otros.
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