martes, 1 de enero de 2013

Mediterráneamente




Hemos subido a la montaña que mira al mar a la altura de sus ojos.
Caminamos
sobre el rodeno de sus rocas
sobre un viacrucis en dirección descendente
los pasos seguros se fijan al sendero.

Hemos tocado el Sol una vez más
mientras yo fotografiaba islas
y tú reunías al tiempo en una sola dirección.

Junto a la encina una ofrenda
una plegaria de piedra seca
circular que nos renace.

Así las sombras languidecen
son solo matices de noche
ausencias pasajeras de luz
no el miedo que nos recluye cuando los días
aplican su manto de insípida armonía.

Hemos subido a la montaña de la izquierda
la de la torre ruinosa pintada de romero, tomillo y aliaga.

Insectos en contracampo
un rumor de autopista desentona
dos barcos que cuelgan de su lienzo
como moscas sobre fieltro.

El sol de diciembre es una promesa
si me besas como la abeja besa a esa flor
que no cortaré.



2 comentarios:

María Socorro Luis dijo...


Buen comienzo de año con este poema tan sencilla y delicadamente bello.

Un abrazo y todo lo mejor para ti.

Unknown dijo...

Enhorabona Eloy.
Gràcies per començar l'any compartint aquesta mar...