Hay rutinas que aplacan los dientes
discontinuos
de un cocodrilo hay rutinas voraces
que engullen agujeros casi negros
y vierten óleos y liturgia en los brazos hay
rutinas como catedrales como cerebros
rutinas que asaltan desde ayer
y nos consumen el amor y las ganas
pero hay rutinas que vienen de lejos
y se desean así tan formales tan desde siempre
de un cocodrilo hay rutinas voraces
que engullen agujeros casi negros
y vierten óleos y liturgia en los brazos hay
rutinas como catedrales como cerebros
rutinas que asaltan desde ayer
y nos consumen el amor y las ganas
pero hay rutinas que vienen de lejos
y se desean así tan formales tan desde siempre
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