Mañana fue un día como
tantos
con el cambio inerte y el
yugo fácil.
Las costas repletas de
cuerpos escindidos
no enunciaron el saqueo.
Serán huellas leves las que
pierdan el paso
y ensucien las esquinas con
su falacia de sed y hambre barata.
Será ayer cuando el hielo
arroje su casta descendencia
de orfandad climática y
astenia radical.
Ahora
solo tuvimos la vida.
Preguntas agitando el aire
que nos cobran
detrás de la escalera.
Peones poco ágiles y
alfiles dislocados
esconden la carnaza
que alimentará al ganador.
Y si el tiempo está a favor
de los pequeños
¿cuánta torre necesita un
cambio horario?
2 comentarios:
Precioso y reflexivo poema, Eloy, con versos extraordinarios:"Peones poco ágiles y alfiles dislocados/ esconden la carnaza/que alimenta al ganador" ¡Bien!
Me llena de ruborosa alegría que leáis mis versos en tu tertulia. Besos para todos tus contertulios.
Me interesa tu opinión sobre mi último libro, Cuaderno del delirio, publicado en edición digital. Dale un vistazo en mi blog y cuéntame.
Un fuerte abrazo
Elvira
he sentido deseos de que mañana me cubriera la nieve. Buen poema
un abrazo
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