Cuando sea mayor o mejor
un poco + mayor
que ahora
contaré a los niños
cuando me tiren piedras
que 1 día
rescaté a un banco
aunque no
me hicieron fotos
ni salí
en los telediarios
claro que
fuimos muchos
los rescatadores y no
había sitio para todos.
Somos
los rescatadores
de
cuota alícuota impuesta
de
hocico trémulo
y
guadaña fibrosa.
Nos
diluimos en un cofre efervescente
no
tenemos límites nos limitan
desnudos
en la esquina junto al frío
no
tenemos ojos ni altura de bosque
solo
una agonía que no alcanza
a
afilar las cacerolas
a
desmembrar los tinglados
a
agitar los caninos
a
marchar
a
mancharnos
a
mancharse
y
a mancharlos
3 comentarios:
Nos salva esa poesía que rompe y grita y deja huellas.
Serán muchos los salvadores que no cupieron en la foto, pero muy pocos lo dejaron así, para el tiempo, en versos.
Mi hombro.
huelo ya la pólvora
un abrazo
Somos los rescatadores en el país de los ladrones.
Vivamos nosotros! Salvadores anónimos!
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