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la ciudad recoge la llovizna
y un frescor matinal que aún no es
esa lentitud rosa que la acompaña
.
Lisboa no tiene prisa
el tiempo sucede más leve
más torpe entre los tranvías
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el azar en las calles oculta
la humedad de la ropa tendida
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el aroma del café en Pois
un gato negro imagina
sardinas en Alfama
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la tarde enciende luces en el puerto
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la ciudad en Lisboa no es blanca
son suyos los colores que le asigna
un río que sueña ser mar
y esa luz roja que canta
y rebota con blando calor
un destello en Sao Jorge a las seis
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un cielo de algodón sucio
brinca entre los miradores
o Tejo se asoma y mendiga
ojos que le descubran
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no olvidar Lisboa bajo el tenue
fulgor que antecede al verano
no olvidar la mirada primigenia
en la ciudad que dibuja una tortuga
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3 comentarios:
Precioso.
He revivido esa sensacion unica de pasear por las calles de Lisboa. Efectivamente, no tiene prisa, el tiempo camina mas lento, parece que se para en cada esquina para contemplar los colores que se reflejan en el rio...
Asi lo he sentido
Me ha emocionado recordar ...
Muxu
¡¡Qué bello ese recuerdo imaginado de la bella y triste Lisboa!! Me quedo con "un río que sueña ser mar", "un cielo de algodon sucio / brinca entre los miradores", y ese estupendo final.
Muy bueno el blog.
Saludos
Esteban Areves
Uno de mis viajes pendientes y más deseados, querido Eloy. Gracias por llevarme allí a través de tu vivencia y de estos preciosos versos.
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