martes, 23 de diciembre de 2014

Sobremesa


Nos reímos con la panza llena de las cuatro de la tarde en un sábado festivo.

Las voces se atropellan sin medida
sin dureza de gesto y con boca desatada
y nadie pide turno en el embate. Nos reímos
de nosotros y de la vida que nos hacen.

Hablamos de asuntos de familia
como si no nos fueran los años en ello.

Los pájaros y los aviones no saben qué hacer
y disimulan desde su altura itinerante.


Si te abrazara ahora todo sería más fácil
pero nos gusta regalarnos treguas
obviar matices
destronarnos de toda la hipocresía
que todavía
no ha sido pasto de la escoba.


Después
cada cual con su enigma su sueño su oculto
porvenir de gigante
buscando el lugar a salvo
de los caudillos del tiempo y el espacio.