lunes, 17 de octubre de 2011

Tiempos heridos





Pasarán veloces, altas aves rubias,
pasarán con trueno, con cielo, con el aire en fuga,
con estruendo volarán sobre aquel bulbo agitado.


La marea crece, digital e irresistible,
el puño crece, el grito crece,
crece el rapto y el beso, me crecen hasta los brazos para abrazarte.
Pasan los cuerpos que no quieren ser
habitantes del simulacro y el tedio. Vivir
no es aquella decadencia colonial en los mapas
con márgenes trazados por hombres rectilíneos.


Vivir es fácil, y a veces, casi alegre -gracias Gabriel-
y por eso es que crujen las arterias en las avenidas,
porque la sumisión no es una teoría aspirante al Nobel y
nuestras manos, fluvialmente dignas, no son yermas planicies,
goma moldeable, lisa, planamente asimilable.


No queremos los despojos y la culpa.
Aquí.
Ahora.

5 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Magnifico final, para un mensaje esperanzador, valiente y decidido.

Que asi sea.

Anónimo dijo...

es un chute de vitalismo. Un abrazo

Unknown dijo...

Me gusto desde la primera lectura, Eloy, y ese pequeño cambio que le has hecho, le da una trascendencia enorme. Me gusta mucho más.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Leo

PD. Lo mando a twitter.

Anónimo dijo...

vivir es facil, casi alegre a veces, me gustó esto, me gustó tu poema Eloy.
un abrazo sureño.
Gino.

Marian Raméntol dijo...

Hay poemas que bien podrían ser imnos!

Saludos
Marian