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toco tu pelo ejército de sirenas,
tu nuca madeja de vientos
y quiero abrazarte con bravura,
abrazarnos de frente y sin misterio
como a un campo de amapola en la cuneta
saberte irreductible y estrujarte
quiero, regresar a tu niñez y acompañarte
a recoger esas lágrimas que olvidaste
en el cuarto cajón junto a los sueños
y los meses te traen una prisa irreverente
que es un ansia sin brazos, una ingravidez sonora,
pero el niño que no eres te retorna en los combates
con la terca dureza de una piedra
no es la derrota la última compañera
si me miras con los ojos del que sabe
que el tiempo es un tren, acuático y con alas,
y en tu rostro nace un nuevo abecedario
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2 comentarios:
¡Qué hermosura de "lágrimas en la lluvia"! Y un nuevo abecedario se vislumbra, intocado.
Un abrazo.
Con los años recuperaremos aquella tarde que dejamos a medias y volveremos a vivir en el presente con ese nuevo abecedario perdido.
Un abrazo
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