llovías de tal modo,
que antiguos medidores de tormentas
salieron de su cauce sin retorno;
algunos comerciantes oportunos,
hicieron en abril su mes de agosto,
exportando paraguas de la China
a precios irrisorios.
Eras toda diluvio y diluviabas
con sed de rosa nueva
por el mudo paisaje del otoño,
a porfías de lluvia y empapada
de líquida tristeza,
desde el terco torrente de tus ojos.
Carlos Casellas
2 comentarios:
Gracias Eloy por difundir mi poesía.
Un abrazo.
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