lunes, 30 de agosto de 2010

calima

Debajo de la higuera, donde el calor amansa las pulsiones
un coro de grillos ensaya la postrera cantata nocturna
cuando la verbena ya sólo sea un sucio vagar de borrachos.

Una línea de hormigas serpentea el sendero al mediodía,
las nubes, letárgicas, se dejan mecer por el silencio
y la ausencia de sonidos despereza los sentidos.

Hay un sopor naranja en los campos, con un agrio sabor en las solapas,
agostean las cosechas mientras esperan un inútil renacer,
sestea un sol funcionario quitándole el color a las colinas.

5 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

Relaja este poema en lo mental, y hasta casi en lo físico. Excelentes metáforas.

Un beso.

Meri Pas Blanquer dijo...

Fotográfico poema, una se llega impregnar en esa calima.

Jose Zúñiga dijo...

Ganas dan de echar la siesta, tan vívida es la sensación que se transmite. Y sí, qué buenas metáforas.

Sara Royo dijo...

Me gusta mucho, casi siento el calor en la piel.

Besicos.

María Socorro Luis dijo...

Bonita postal veraniega, llena de sensaciones.

Abrazo