jueves, 22 de mayo de 2014

Habitación contigo



 Respiro noches blancas
altísimas y oscuras
como noches. Alimento
del instante inacabado
que es la madera que arde
en cuerpo contra cuerpo.

Mi hijo es el gigante
que ha de venir a rescatarme
el que me acercará el mar
cuando me vuelva otro.
Arderá completo
me vivirá como vive
el árbol. Sus manos
su coraza de papel
escrita con las mías
harán el viaje seminal
hacia las horas descritas
esa tarde de ojos en ojos
donde los cuatro pies
se estremezcan en su altura.

El contracampo es un solar
de color indefinido.
Tiene farolas sin bombilla
y vallas en sus tres cuartas partes.
Pero es lícito creerse un ente digno
en este pedazo de siglo y hemisferio
.



2 comentarios:

João A. Quadrado dijo...


[grande a viagem,

o corpo que do corpo nasce
e nele se transforma;
imenso.]

um abraço,

bL

Lluïsa Lladó. dijo...

Farolas sin bombillas. Cuerpo de Poeta incandescente. Bravo como de costumbre.