SALMO 23
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Por senderos tranquilos me conduce a la oficina,
sobre el miedo de los pobres me hace recostar
y derrama en mi cabeza perfumes y cosméticos.
Nada se le oculta, ni mi piel ni mis acciones.
Él las hace prosperar en los parques de la Bolsa ,
bendice los desahucios desde el banco que dirijo
y proclama un nuevo tiempo en mis nuevas inversiones.
Su vara y sus escaños me dan seguridad.
Desde el parlamento, él obra maravillas.
Protege mis caminos con rebajas fiscales
y aparta de mi vista las presiones del pueblo,
esa terca voluntad a democracia, ese demonio.
y aparta de mi vista las presiones del pueblo,
esa terca voluntad a democracia, ese demonio.
MEJORÍA DEL HOMBRE Y DEL RATÓN
[de dos
noticias simultáneas - portada y contraportada -
aparecidas en un mismo diario de agosto]
aparecidas en un mismo diario de agosto]
separe el primer pliego
el más exterior
de la edición justo de ayer el diario
que dejó arrasado en la cesta de camisas
mordedura casi en las horas sin sueño
vuelva usted a prenderlo
y lea las dos cosas:
en
la portada (- ánguloderecho)
que tratan de comerse sus heces
por no disponer de mejor cosa con que suicidarse
que otros se dan
cabezazos
las cuatro paredes de la celda
- Guantánamo - que tres
casi logran ahorcarse con una toalla pequeña
y un cuarto con un cubierto de plástico
intentó cortarse las venas (sin éxito):
"las muestras de desesperación son tan humanas
como inhumano el limbo legal en el que se encuentran
los 600 detenidos en la base naval".
- las fuentes consultadas
califican la operación como un experimento del Pentágono.
Hasta ahí. No siga.
Dele ahora la vuelta a este pliego
papel que en sus manos puede deshacerse
busque ahora en la contraportada
que acaban de fabricar (en estados unidos)
un ratón transgénico
que, aunque castrado, tiene la espalda repleta de testículos
- capaces de producir semen de cabra.
Ya sabe usted: De cabra
- y pare de leer.
Levante la cabeza y mire en su hijo
el juego comenzado a un paso del desastre.
clave sus ojos más allá de su torso
en el punto preciso donde acaba la niebla.
pregúntese entonces
por qué lado mejorar
el camino blanquecino de toda su especie.
Comience / a hacerlo.
de la edición justo de ayer el diario
que dejó arrasado en la cesta de camisas
mordedura casi en las horas sin sueño
vuelva usted a prenderlo
y lea las dos cosas:
en
la portada (- ánguloderecho)
que tratan de comerse sus heces
por no disponer de mejor cosa con que suicidarse
que otros se dan
cabezazos
las cuatro paredes de la celda
- Guantánamo - que tres
casi logran ahorcarse con una toalla pequeña
y un cuarto con un cubierto de plástico
intentó cortarse las venas (sin éxito):
"las muestras de desesperación son tan humanas
como inhumano el limbo legal en el que se encuentran
los 600 detenidos en la base naval".
- las fuentes consultadas
califican la operación como un experimento del Pentágono.
Hasta ahí. No siga.
Dele ahora la vuelta a este pliego
papel que en sus manos puede deshacerse
busque ahora en la contraportada
que acaban de fabricar (en estados unidos)
un ratón transgénico
que, aunque castrado, tiene la espalda repleta de testículos
- capaces de producir semen de cabra.
Ya sabe usted: De cabra
- y pare de leer.
Levante la cabeza y mire en su hijo
el juego comenzado a un paso del desastre.
clave sus ojos más allá de su torso
en el punto preciso donde acaba la niebla.
pregúntese entonces
por qué lado mejorar
el camino blanquecino de toda su especie.
Comience / a hacerlo.
LLUVIA TEMPRANA
El desastre, la
resignación, el deseo de perder
para descansar, no merecen la pena.
(Belén Gopegui: El lado frío de la almohada,
2004)
Esperan que te rindas.
Que devuelvas las canciones a sus cuartos.
Que lenta y pobremente
atiborres sus rincones con cristales
y apartes de tus hijos la visión de una revuelta.
Esperan que claudiques
–seas piel, dentada o marzo.
Que suavemente caigas.
Que así tu rendición.
No les libres de la piedra que respira en tus manos.
No les venzas los ojos.
Nada dice
de la lluvia temprana que va a abatir las puertas,
nada
de ese incendio intacto y por venir.
La tormenta, compañero, llegará.
Contra todos los pronósticos,
menos tarde que temprano,
–seas piel, dentada o marzo–
el ciclo de las lluvias / llegará.
Canción
del levantado
No adoptes
nunca el nombre que te dé la policía
No
acerques tu caricia a la piel del invasor
No comas
de su trigo, no bebas más su leche
No dejes
que tu alberca la vuelvan lodazal
No esperes
casi nada de su magistratura
No reces
en su lengua, no bailes con sus ropas
No pierdas
nunca el agua que duerme a los guardianes
Ni alojes
en su boca la sal de tu estupor
No guardes
en el sótano más bombas incendiarias
No firmes
con tu letra los presagios del poder
No tiendas
más cadáveres en la comisaría
No esperes
nunca nada de la voz del ataúd
No
entregues tu camisa a ninguno de sus bancos
Ni viertas
en tu vientre el pozal de una bandera
No lleves
a tu amigo a los pies del impostor
No dejes
que su lengua fructifique tras tu casa
No permitas a tus hijos
nunca dejes a tus hijos
esconderse en su jardín.
(Enrique Falcón, Porción del enemigo, Calambur, 2013)
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