jueves, 30 de mayo de 2013

Blogueando: Voz de tiza, de Iván Rafael

                                            T
                                        E
                                     R
                                 R
                      O
                R
         I
      S
    T
   A
S
ellos,
ellas,
ellos y ellas,
quienes se lucran a la nuca,
quienes comercian a punta de mercado,
quienes compran a bocajarro y venden a quemarropa,
quienes fabrican beneficios a base de amonal y de metralla,
quienes colocan intereses explosivos escondidos en un contrato,
quienes detonan inversiones con una llamada de teléfono móvil,
quienes reivindican el atentado exigiendo un balance positivo,
quienes leen sus resultados ocultos detrás de una corbata,
quienes tienen las manos manchadas de dinero,
quienes están perpetrando
este mundo.



Un poema a la basura

Ocho de marzo.
Seis y media de la mañana.
Duermes.
Yo no puedo.
Me levanto y pienso en escribirte algo.
Una sorpresa.
Un detalle.
Me pongo un café.
Me enciendo un cigarro.
Me los bebo en la terraza con el boli en la mano.
El niño llora.
Cierro el balcón para no desconcentrarme.
El niño duerme.
¡Ya lo tengo!
Escribo.
Vuelvo al salón.
Nos cruzamos en el pasillo.
Yo llevo un poema lleno de versos.
Tú un biberón vacío.
Tiro el poema a la basura.
Un beso.
Gracias.
Lo siento.






La noche tan temprano

Me ha pillado la noche tan temprano,
tan de repente,
-con el pelo mojado todavía
y el café
dando vueltas en el microondas-
que perdona que vuelva de nuevo
a levantar el edredón
y a taparme con las sábanas,
a abrazarte por el dorso
y a descubrirte el cuello,
a desearte dulces sueños
y a la nuca.
Me ha pillado la noche tan temprano,
tan de repente,
que luego ya me levanto otra vez.
Ésta
contigo.

Pateras
Ahora que el viaje ha resultado ser
una estafa
que se paga con los ahorros de toda una vida,
ahora que ha caído la noche en medio del océano
sin que dejaran
una sola manta en el bote,
ahora que deshidratados y con principio de inanición,
ahora
que las alarmas y los focos de los guardacostas
han salido a nuestra captura
-o nuestro rescate-
para nuestra deportación o desahucio,
expolio
o expatriación,
y después de que hayan aparecido los primeros cadáveres
flotando
en la orilla de un alféizar
de la ventana de un quinto piso,
reitero:
por muy distinto que sea el color
de nuestra patera,
todos somos hermanos
hijos
de un mismo
capitalismo.

Sin noticias de ti
Hoy ha salido un hombre en la tele
hablando de ti.
De lo del robo con butrón
perpetrado entre tus párpados
por una banda organizada de decretos internacionales
antes de que sonase el despertador.
De lo del asesinato de una franja de tu reloj
caída durante el atraco
y hallada muerta
en tu colchón.
Hoy ha salido un hombre en la tele
hablando de ti
y lo han comentado otros hombres y mujeres
hablando de ti.
Y han sacado al ladrón en una rueda de prensa
y han conectado en directo con el corresponsal en Bruselas
y han entrevistado a un experto en dar entrevistas hablando de ti
y ha hablado de ti
y han consultado la opinión
del índice del tercer trimestre de ventas de automóviles de ocasión.
Y se han ido a publicidad
y han vuelto con un hurto en New York.
Hoy ha salido un hombre en la tele
hablando de ti
y ha dado paso,
para hablar de ti,
a una chica que ha saludado a su madre,
a un señor que tenía prisa,
a una abuela que no tenía nada que decir,
a una pareja que se ha dado un beso y se ha echado unas risas
y a un desconocido que te ha puesto a parir.
Hoy ha salido un hombre en la tele
hablando de ti
y de un tomate completamente redondo
y de una tapa de acelgas con nitrógeno
y de una elefante sorda
y de una serpiente recta
y de un desfile de moda.
Hoy ha salido un hombre en la tele
hablando de ti
y ha dicho, nada más,
que lo tuyo era un alijo de sueños
y ha dicho, nada menos,
que te lo han incautado por soñar.
Hoy has salido en la tele
y sin noticias de ti.



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