Retorno
a tu primigenia
luz, como de ébano,
sin saber yo
su vertical preludio,
esa sonora insensatez
con que me has
intoxicado.
Yo, tan seguro,
tan regular,
tan raudo,
tan
veloz y a la vez
tan sin ti ensimismado,
vendedor de nubes
y vientos, silencios
que nos enlazan
en la duda
pertinente y confusa,
la deuda que ya
es un apenas sin porqués,
toda inundada de blancos,
fin y algarabía,
la tuya,
ya plena de luna
sin lecho ni polvo
de estrellas en su origen.
3 comentarios:
Como siempre tu poesía, tus imágenes, hacer ver con detalles la escenan que narran tus versos.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Leo
Me gusta la sensualidad que desprende tu poema.
Y cómo escribes.
Me quedo por acá.
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