viernes, 26 de febrero de 2010

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Es la hora azul, y el viento
promete un ulular oportuno.
Raramente los planetas encogen su estatura
para mostrar su lado más amable
pero hoy la música es un tañido
leve como filo de guadaña
y esperanza y futuro son versos bienvenidos
a esta ancha mesa de dolor y jueves
en la que agradezco con savia de mis huesos

vuestras manos
vuestros ojos

compartir

martes, 23 de febrero de 2010

fin


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se acabó
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las cenizas y el mar
jugando a ser olas
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rosas rojas
rocas rosas
rojas rocas
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no sé si los peces
llegaron a tiempo
-era lunes y ellos
ya sabéis
no tienen buena memoria-
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nos quedamos allí
en silencio
como gritos
el corazón
triste como el mar
pero sereno
.
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domingo, 21 de febrero de 2010

la muerte

cuando se muere un padre
algo tuyo
se va
para siempre


muerte en rebajas
de febrero

muerte comprensiva
compasiva muerte
muerte inoportuna de fin de semana

hipócrita carnaval
la muerte

posesiva muerte

muerte amable con olor a geriátrico
y blancos pasillos de hospital
adormilados

muerte digna, incolora
sin aditivos ni muertes

muerte temprana
de amanecer
(casi las siete
día de luz en los patios)
mediterránea muerte

muerte sin zapatos
sin Rosa
ni amuletos
muerte en las lágrimas de los huesos

viajera muerte

¿por qué
dejaste
olvidado
tu equipaje
en la puerta
de mi casa?

miércoles, 17 de febrero de 2010

Bolsos.



Para qué

quieres tú

tantos bolsos

si eres tan

clara como el tiempo

que resbala

por esta tarde severa

en que alimento tu espera

con lluvias y sonidos.

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Para qué quieres

tantos bolsos

la que no esconde

nada, la que llega

desnuda y sin treguas

cuando quiere venir

a untarme de regalos

su lengua de mariposa

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Minutos musicales: "Alice", Tom Waits.

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sábado, 13 de febrero de 2010

Vivir es fácil y, a veces, casi alegre.



Como dijo Silvina, la poeta,
ahora pierdo más tiempo que nunca en amar
porque todo lo que hago, lo hago doblemente,
y me pierdo, torpe, por resquicios y salidas.

Amar la gracia delicada, Dulce,
del cisne azul y de la rosa roja.
Amar la plenitud del árbol,
amar la música del agua.

Por caminos difíciles hoy llego, con Gabriel,
a la simple verdad de que vivimos
y sólo quiero el amor, el árbol verde
que se mueve en el aire, levemente,
y viaja en un cielo infinito, y no comprendo
ni quiero comprender porque esto basta:
¡amor, amor! tus brazos y mis brazos,
y las ramas ligerísimas del viento que nos lleva.

Los poetas vinieron a alumbrarme
en esta tarde de prisa repentina
por componer con palabras y mudarme
hacia cuerpos gozosos en su dicha.
Vislumbré sonrisas entre esquinas
prometiéndome jardines verticales
donde poder limar con flores las aristas
que me impiden ver a veces las estrellas.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Pasa la tarde.

Pasa
la tarde cautiva
en la ciudad sin sueños.

Mujeres y hombres
se apresuran insomnes
buscando color
en la mirada de los niños.

La tarde, ya oscura
es casi noche sin luto
en la ciudad enrejada
que sabe a hollín y amargura.

La noche vence sin prisa
y es un lento fluir
de extraviadas rutinas
insensibles al amor de las mujeres.

Duerme la ciudad cautiva
en la noche sin sueño.

Pasa el tiempo
y se escurre el reloj
por las rendijas de este invierno.

martes, 9 de febrero de 2010

Bande a part.





Volvamos a París,
con Odile, Franz y Arthur
pisaremos de nuevo las calles de adoquines
bajo cielos de cristal,
atravesaremos puentes suspendidos
sobre ríos impasibles.

Y Godard cambiará nuestras vidas
con un travelling inmoral.

Banda aparte.
La vida es un juego.
Bailando como peonzas en el café,
cruzando el Louvre en 9 minutos y 52 segundos,
y el jersey de rombos de Franz,
y Odile, fascinante, Anna.

Nouvelle Vague, une femme, deux hommes
juegan y no saben
si el mundo era un sueño
o el sueño era su mundo......

Odile
Franz
Arthur

......et Jules et Jim
et Catherine

...et Michael
et Patricia Franchini

...al final de la escapada

..siempre está el mar.

lunes, 8 de febrero de 2010

la luna deportada



Una noche, antes de cenar, bajé a la calle, a capturar la luna con mi cámara. La luz del crepúsculo azul era optimista y hasta la cansada luz anaranjada de las farolas parecía ocultar en su destello una promesa.

Ahora, en mi desobediente ordenador, tengo la luna de portada.

























viernes, 5 de febrero de 2010

Yo diría ...



Yo diría que pido demasiado
-prados, noches, furias, almas-
tú lo dices sin hablar,
a veces lo quiero todo,
lo que me gustas,
y ya,
y no espero,
y lo estropeo
y el viejo triste que habita en mi costado
cumple años a razón de diez por minuto
-al contado o con tarjeta-
pero sin descuentos ni aventuras.


Yo diría que las fotos son oscuras
cuando amanece en mis desiertos siderales
y aplacamos las rutinas con las lluvias
bendecidos desde aquí por cuatro mares.


Por eso no puedo esperar
a que el viejo triste me salude al trasluz en el espejo
y promueva excursiones al silencio
y se cruce con mi sombra en los pasillos
y quiera lo que yo quiero
y lo quiera ya
y no espere
y lo estropee.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Luna.



tenías el alma cansada
y salí a la calle
a capturarte la luna
.
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tú me pediste
detén el tiempo
.
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y tuve que volver
sobre mis pasos
buscando una quimera
.
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lunes, 1 de febrero de 2010

A veces pasa, en el Jardín Botánico ...

.
.
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No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes
ah pero las parejas que huyen al Botánico
ya desciendan de un taxi o bajen de una nube
hablan por lo común de temas importantes
y se miran fanáticamente a los ojos
como si el amor fuera un brevísimo túnel
y ellos se contemplaran por dentro de ese amor
Mario Benedetti



Vino
puntual. Llevaba
una ligera inclinación de nave,
cierta propensión en sus ojos
al parpadeo inseguro
y en los labios
unas líneas hasta entonces desconocidas.


Pidieron helado,
el verano era sólo una promesa y la belleza
en los hombros
destilaba alegría.

Hablaron
de todo y de nada
-mariposas de colores
revoloteaban haciendo señales
a las hojas y a los árboles
del Jardín Botánico-
y una cosa llevó
a las otras, sin prisas
como si aquel encuentro
tan trivial y liviano
fuera el gran presagio
de una postrera osadía.

Con esquisita ternura
se tomaron de la mano
y caminaron juntos sin mirarse
por la vereda sin trampas
del Jardín Botánico.


Y el amor no hizo preguntas
ni la noche llegó a destiempo.

Todo
fué un lindo fluir inesperado
de vientos y mareas
que iban,
sin prisas,
hacia lo que nunca diremos
en este poema.