martes, 25 de mayo de 2010

The Party.

Hay un mediowhisky sudoroso en la cornisa esperando sigiloso al visitante
con un desprecio de hielo en la sonrisa.
Hay risas y minifaldas que no podrían ser más mínimas.

Los bocadillos se alinean marciales dispuestos al sacrificio.

Fotografías que rasgan el pasado y monopolizan el verano
con un constante vaivén entre colores desvaidos, rostros cuarteados
y un New York's skyline tras las gafas negras de unos cuantos.

El sexo es oscuro en los frigoríficos paralelos
donde, insumisos, los botes de bebida deciden entre ser pasivo / activo.

El plástico en los vasos reina con orgullo de monarca.

Hay una mujer que escancia emociones en las esquinas invisibles
buscando la definitiva confirmación de sus antítesis
y otra cuyos tacones horadan la tierra verde, la hierba húmeda
en las ingles húmedas de los hombres húmedos en la tierra verde.

Mi amor, radiante como un sol de verano, con una copa en la mano
desteje miradas
en el atardecer dorado de un sábado, cerca del mar.

4 comentarios:

Anele dijo...

...el mar...si lo tuviera aquí cerquita. ¡¡Iba a estar yo aquí, ja!!

Tu texto me produce tal concierto y desconcierto que no debo comentar.

Saludos Eloy
;)

Jose Zúñiga dijo...

Buena descrpción del paisaje exterir. Y del interior. Ella sabe dónde está lo bueno, el que escribe se piede entre la cotidianeidad.

Odile dijo...

Party, comida en abundancia, sexo encubierto y confundido, alcohol, risas... un contexto de sábado preveraniego. Desde una perspectiva antropológica se podría empezar una gran etnografía

Sara Royo dijo...

Debe ser q no salgo mucho, porq tu fiesta me parece delirante, exótica, como de otro planeta...
Besicos.