miércoles, 5 de mayo de 2010

hotel

Cuando todos los siglos vuelven su cabeza
sobre el silencio abisal que nos abraza
y la vida es una letanía amarga y cansada
de horarios, compañías, la prisa y el espanto.

Cuando la belleza anochece sideral y minúscula
mecida con los cánticos paganos de los idiotas
y la vida se abandona a su letárgica existencia
de furia en los caminos y esdrújula agonía.

Cuando el silencio, más que un muro, es un clamor
una luz brumosa que dibuja el aire en el destierro
y la vida es una dama, melancólica, extranjera
de piedras ciegas, oración malsana y rápido misterio.

Cuando toda la belleza es el más letal de los silencios
y la vida abraza una llama de gélido agosto

yo
lúcido
omnipresente
reservo habitación
en mi hotel de luces.

Allí la fatiga resbala
y destiñen los idiotas
y la vida es una danza
y los sueños son deseos

una danza es la vida
en mi hotel de nubes

6 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Qué lindo, Eloy.
Cariños!

Rosa dijo...

Es realmente precioso, me alegro de encontrarte te seguire encantada.
Un besito Rosa

Jose Zúñiga dijo...

Esto sí que es recibir dos en uno! Tras los cuartetos libres, alargados, reposados, esos versos en arte menor ponen un broche irreprochable. Me encantó el poema, voy a seguir revolviendo por aquí.

Alfeito.- dijo...

Habrá espacio para mí? :P

Odile dijo...

¡Qué maravilla de hotel y de poema! Me encantan estos lugares tan especiales en los que eres capaz de escapar de lo feo de la vida. Es como si fueras un mago, Eloy. ¡Qué suerte poder leerte!

Un beso de findesemana

María Socorro Luis dijo...

Inventar un lugar donde escapar de todo lo que no nos gusta, es magia y privilegio...

Muxu bat. Soco