jueves, 18 de marzo de 2010

Noche.

En busca de la noche
fui apurando en vano las calles.
La soledad era un transparente rumor
como un ciego de manos precursoras.
Las flores más pálidas de las avenidas
protegían las uñas heladas del espanto.

Las grises estaciones han dejado
su poso de espesura en los velorios,
se alargan las agujas en los relojes negros.

La noche entró por la ventana,
mi cama está preñada de luna.
Tus lágrimas, divertidas se deslizan
por mi sexo de amante desmesura.

1 comentario:

trovador errante dijo...

Noche, lagrimas, sexo y desmesura...

Se acaba el poema cuando empieza lo bueno.

Un abrazo Eloy,
Kike