domingo, 5 de julio de 2020

Desde



Las cosas andan revueltas por aquí.
Estamos bien, sí,
pero hay algo de arena sucia en las tráqueas
de los amantes de fuego.

Cuando digo buenas noches
y beso la nuca
no he visto todavía el día tan nuevo
en el que soltarse al viento
e intentar la vida
la vida simple y fácil
del que espera la cosecha como un novio
o contempla la belleza impávida
del árbol en la montaña azul
que circunda sus ojos.

Desde que no estás y yo estoy
más cansado
todo se vuelve opaco ruido de cráneos
un espacio arbitrario para golpear.

Los jinetes del odio plantean sus diatribas
el aire de azahar se exhibe turbio
y no basta el silencio
la inusual belleza de los trinos.

Yo me quedo fuera del tosco estruendo,
detrás de las puertas que cayeron.
Soy la estatua de bronce bajo la lluvia
cuando ya se fueron las palomas.

Desde que no eres somos algo menos
y el miedo ha puesto ventanas
para filmar nuestro hastío.



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