lunes, 23 de abril de 2018

Lucía



Ella pinta un pato con corona amarilla
en el asiento interior de la fila 19
del vuelo Bruselas -Barcelona.
No para de hablar. Me pone de buen humor. Su risa
es un rebaño un pentágono una tortuga multicolor
que hace del tiempo un señor distinto.
Tras su figura menuda el campo de nubes
es un absoluto mullido algodón.

Con tan solo cuatro colores
está pintando el mundo
de rojo claro el mar
verde prado alpino para el cielo
la nieve en los Pirineos
es una mancha rosa flamenco
a 20000 pies de altura.

Desde aquí la vida tiene otro paso
una prisa distante
un vaivén de madera.

Me dice Lucía que tiene casi ocho
que toca el piano y le hace feliz
que ahora se aburre
y que
le invente un juego que le guste.




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