lunes, 27 de marzo de 2017

A salvo





Creerás que estás a salvo
cuando en el televisor de plasma
suene la gomosa voz
del anuncio de colonias.



Te sentirás mejor
como después de un combate ganador
en tu coche y de noche
los faros rasgando el frío.



Sabrás de qué te ocultas
un día en la oficina
el espacio privado
y en el café humeando
la sangre negra de las alimañas.




jueves, 16 de marzo de 2017

Un cierto postureo




Venid          aquí   venid
venid a ignorar mi nombre
como los pájaros ignoran
la palabra vértigo
venid                     y despojad de verbos
mis rodillas necias y huecas
listas para el despiece y el caldo
para que comprenda al fin
el sentido último de la postura
el lenguaje integrado de las máscaras
en un baile que no supe bailar.



Me bastaba con ahuyentar al frío
y a los fantasmas de vientre ancho
con las manos cercanas centelleando.


Yo sólo busco en las palabras
rellenar puntos vacíos que me circundan
cuando la noche hinca su miedo
en mis tendones como una hiena.


Escribo para curarme
para ser menos mendigo
en una estación de paso.


Pero vosotros venid
y cerrad las puertas cuando leo.
No llegará mi eco
a las ciudades limítrofes
no habrá un ardor un estallido
que convoque vuestras voces biseladas.

Yo me quedo en el sendero
que bordea el río
contemplando el trajín
de pájaros
y escaladores.




viernes, 10 de marzo de 2017

egoalien


Acudo a la llamada,
bien está lo que bien se hace.


Los poetas me buscan
para que les diga
-de perfil y sin énfasis-
lo buenos que son.

Ponen el pie en el quicio
de mi puerta y yo
pierdo el turno de respuesta.


Mientras sorbo despacio la cerveza
miro de soslayo a los cuadros
que ilustran la pared.


La perorata es larga y tiene brazos,
subtramas, vericuetos, elipsis,
mitologías de todo a 1 euro,
pasadizos sin salidas.


Tendré que pedir otra cerveza.
El ego es un largo alien
y no llevo
chaleco salvavidas.


lunes, 6 de marzo de 2017

Amada repentina




Cansada del hábito de una ola,
su sucesión de varices,
del tráfico, los desgobiernos, la actitud
de los otros en los cambios de estación,

del viento cansada y de los días
en los que el sexo se acumula como una cruz
en las libretas de los niños,


cansada cuando no llueve, y cuando llueve
te aligeras del ropaje que te cubre y te nombra
a los ojos de los ciertos,


buscas, sucesivamente, con la energía
de un animal sin costumbres,
alargándote hasta tocar
mi pasado inexistente,


buscas los detalles que te ensanchen
como hacen las hojas en los caminos de otoño,
con la claridad del caracol tras la humedad,
te buscas en mí y en los contrarios
atada al faro que empuja el oleaje.



Asómate a los pájaros,
quema tus pares cuando rezan
pidiendo ayuda a los necios,
la luz te está buscando y tú
le perteneces, mi amada repentina,
poco mía y tan tuya,
irremediablemente.