miércoles, 28 de junio de 2017

Pequeñas notas colgadas de una ventana





A contracampo
el vibráfono de Milt Jackson
surfea las ondas
que el tiempo ha dejado esparcidas
a contraluz del tedio.


La mañana es tan rutinaria
como casi todas
las mañanas del mundo.


Acaso una luz
oblicua o bipolar
se cuela por entre las pocas hojas
que resisten
en un ángulo
aún desacostumbrado.


Cuando irrumpen
las notas limpias
del saxo alto
de don Lou Donaldson
espacio tiempo y música
redimensionan
la realidad circundante.


Hasta el pequeño perro blanco
de la señora que acude
como todos los dias
a comprar el pan
sacude su cola
con un gesto
más rítmico que instintivo.


Desde la mirada miope
de un espectador ausente
como yo
me fascina esa manera
tan diáfana y a la vez
extraordinaria
que tienen las personas
de aceptar su lugar
en el mundo y saber
de dónde vienen y a dónde
van
como si esa especie fuera
algo más que un chasquido
o una lágrima de arena
en el transcurso
infinito tal vez
circular
de aquello que pudieron nombrar
Vida.





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