De noches dormidas, antes de nacer,
de miedos y trampas, de llamadas,
de saber que es inhumano, saberlo
y aún así, no poder hacer nada,
nada más que ver lo bello, y lo dulce
y pasear por andamios entre nubes.
De tantas frases no dichas, y lágrimas
no lloradas, que volvieron al refugio
amable de unos ojos. Criaturas que crearon
lo que ahora somos, tan confusos
de no poder invertir el reloj de los sueños.
De rostros cansados y miradas heridas,
del camino último, de los pasos últimos,
de no querer ser igual, que ellos, imperfectos.
De vivir, sólo de vivir, y a veces
reir desde adentro para negar lo cierto
y volver a ser, tan sólo, unas alas
aventureras que enamoran, palabras indecisas,
de lo que fuimos, de lo que seremos,
inválidos seres enmedio de la nada.
Eloy Sánchez.
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