domingo, 17 de mayo de 2020

Rocas rosas



Encontré las rocas rosas en un país rubio
sin saber que la brújula
alteraba el horizonte de las islas.

El caimán de piedra. La casita blanca.
Vuelvo a la presencia de mis predecesores
pétalos surcando olas y norte
se enzarzan con mi mirada anacoreta.

Las flores ahora
ya solo crecen en las aceras
el mar es un listón que cambia
de gama de color cada tres días.
Mi aliento se embosca. No puede
aceptar el rencor de las bandejas.

La espera es lenta. La lectura
limpia las manos con su arrebato.
Cuando despierto
ya no alcanzo al poema.

Cualquier árbol que abrazaré
me envía un telegrama.



1 comentario:

Julio Alcalá Neches dijo...

Ya tardas en contarnos lo que dice el árbol en el telegrama. Si no es muy personal, claro.