domingo, 26 de abril de 2009

Jaipur.



En Jaipur
el oasis de los sueños se desvanece
mecido por el viento de antiguas ciudades
En Jaipur
los amantes de la noche y la luz naranja
abrazan el latido de los jardines
y de pájaros bebiendo en piscinas
En Jaipur
no hay pérdidas, ni puntos y a parte
sólo paréntesis de ensueño y caricias de agua
En Jaipur
la noche es roja, es rosa y anaranjada
y percute la música de imaginados desiertos
En Jaipur tuvimos
el gesto distinto
el remolino azulado
el sol displicente
el viento jugando
a ser pájaro
a ser nube
En Jaipur.


Eloy Sánchez.

martes, 21 de abril de 2009

Instantes gozosos.

La ciudad latiendo, cansada y dormida.
Noche.
Entre mis sienes una estrella fulgura
jugando a no ser más que arena.
Niebla. Melancolía.
El pájaro del Norte está viajando senderos.
Flotan en el aire cientos de cuchillos
y en las calles se respira un gélido viento que nos abraza.
Sigo sentado en el andén principal,
esperándote.
Te quiero, y espero.
Vendrás.
Vendrás en el instante final de la lluvia y mojarás mis lágrimas.
Sólo con tu mirada
me basta.
Mira la ciudad desde lo alto. Hay una mujer desnuda.
Toda la ciudad es una sombra de mujeres desnudas
y pájaros viajeros.
Niebla. Noche. La espera.
Primero vendrá el Señor de la Tierra
con sus astros voraces.
(Tras las primeras lluvias los campos amanecieron optimistas,
apasionados)
Luego danzarán las viñas
hayedos y robledales darán palmas
bajo la atenta mirada del búho ciego.
Tú y yo no tendremos tiempo de ver el alba.
Luz.
Planeta.
Agua.
Y la hiedra que nos vió nacer seguirá tan húmeda
como en aquellos tiempos guerreros
de furia y de encanto.
Mañana.
Amanecer.
Silencio.
Miles de soles han venido a alumbrarnos
y uno de ellos nos lanza una señal con sus brazos.
Brillaba tanto que tuvimos que cerrar los ojos.
Amor.
Eloy Sánchez

sábado, 4 de abril de 2009

Siento hoy.

Siento hoy
el pasar acompasado de las cosas cotidianas
y pienso:
todo es fugaz
y olvido
lo pasado y perdido.

Te inquiero,
compañero,
caza al vuelo el suspiro,
que invisible,
cruza la calle de tu oscura melancolía.

Eloy Sánchez

miércoles, 1 de abril de 2009

Cénit.




Geometría de unos labios. El beso,
intenso, seco, diez mil segundos,
un instante, tu boca
en la cumbre más altiva del deseo.
Tu boca que devora
el más voraz de los silencios.

Silencio de una boca,
rojo como el mar irritado
de una carne que transpira labios
y de unos ojos ciegos
que se alimentan de labios,
de labios, noches a dentelladas,
noches ingrávidas sin ausencia de labios
en donde todos los espejos del hombre sin sueño
se vieron reflejados.

Dientes mordiendo cristales en planetas sin luz
sabor, perfección, arte, ciencia.

Deseo.
El beso,
apenas un segundo.

Fuga.

Alas.

Pasión.



Eloy Sánchez