A salvo
Creerás que estás a salvo
cuando en el televisor de plasma
suene la gomosa voz
del anuncio de colonias.
Te sentirás mejor
como después de un combate ganador
en tu coche y de noche
los faros rasgando el frío.
Sabrás de qué te ocultas
un día en la oficina
el espacio privado
y en el café humeando
la sangre negra de las alimañas.
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