domingo, 27 de enero de 2019

FelizAñoNuevo


Entre la vigilia
y este medio sueño que el sol me fabrica
asisto al silencio en la huerta colonial
cierro el ojo izquierdo al destello
inflado de una torre telúrica
las piernas del helecho gotean humedad
el día crece a paso de langosta
cuento cero nubes y respondo
a los clicks con símbolos pueriles
se ha manchado un libro de escarcha al caer
desde esa altura de pájaros
encuentro en los bolsillos una extrañeza nueva
una pulsión asocial limpia de pretendientes
con la que abro y cierro la puerta del mañana
brotes de vidrio resuenan en la calle
y una pantera cruza el puente bastardo
de la ciudad que aún no despertó.


lunes, 21 de enero de 2019

Vínculo y armonía



en un bosque las alas los vínculos
las sombras bajo un cielo protector
musgo en las piedras del bosque
y el ala vertiginosa de un colibrí
sol húmedo los viernes
en el bosque tu silencio y mi silencio
son una cuerda de la que hay que tirar
los animales los ciclos
de la vida anterior y de la nuestra
sonidos ciertos en la noche de los tiempos
del bosque de la utopía probable
-las estaciones del bosque
nuestra mirada al futuro-
donde el río inapelable
las copas mirando a los iguales
esa noche en que todo
es un crepitar de vida
las ramas las hojas las razas los cuerpos
el metabolismo de la aurora frente al sueño
perdido en el bosque en el que
nuestros silencios son un grito
a una altura de rapaces



domingo, 13 de enero de 2019

Diciembre




Amaneció con pausa
como estaba programado
sin disidencias plausibles
los perros las hojas
presencias vivas
a ambos lados del desvelo.

A pesar del temblor
en el sueño en el que fuimos
animales anudados al instinto
bocas voraces
en rabia derramada
el día
amaneció despacio
dándole tiempo a la osadía
de los amantes soñados
en la línea
discontinua del tiempo
en el que nos celebramos.





lunes, 7 de enero de 2019

Mensaje para habitantes del caos



Mensaje para habitantes del caos:
la posibilidad decrece.
En todas las oficinas
rechazaron mi cadáver
recién afeitado.
No hubo guantes para el golpe
pero sí
una cada vez más hambre de espigas
azotando de viento los lugares del sur.

Hay que decirlo: toda llamada abrasa.
En toda cama se duerme
se llora se lee se habla
se pasa frío.
No quiero ser uno más de los no vivos
en hangares subterráneos
anclados a la nube por su coma.
El cielo es finito y no se extiende.
Faltan pinzas para tantas manchas.