miércoles, 30 de marzo de 2022

El poema y yo

 

Alzo mi cuerpo cansado
antes de que la luz lo pida
y no escribo el poema.

Leo dos capítulos cortos
de una novela titulada
Los besos y aun así
no escribo el poema.

Intento el sexo tántrico
con fervor de enamorado
un sábado después de comer
pero el poema
se resiste a ser escrito.

Camino por las sendas
de los pueblos de mi provincia
y el poema no se presenta
a la cita pactada.

Sueño con mi madre de nuevo
como tantas otras veces
pero el poema
se atrinchera en las faldas
del sueño y huye como esa hoja
de noviembre que cayó
en el río alguna vez.

Bajo a la calle
compro regalos
aparco el coche
riego las plantas
bebo una cerveza
escucho canciones
en Spotify.

Las amigas los recuerdos
los viajes el vino los libros
las noches largas lo que hay
que hacer los despertares
largos sin prisa
la risa cuando
no la esperas
el poema
ancho y transparente
se pega a la piel
traduce el daño
se enquista en lo oscuro
y nace muerto.



1 comentario:

Xan Do Río dijo...

Al menos resucitó en tu blog, se podría haber perdido para siempre.